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martes, 31 de mayo de 2011

Concejos Asturianos XXVIII











IBIAS.

Un guerrero vestido de armadura y lanza sobre torre almenada, clavando una lanza a un dragón que esta sobre el agua. Lleva la leyenda "IBIAS IBIAS DIOS ME AYUDE", alrededor del escudo. Al timbre corona real cerrada.

Reseña Histórica.


En esta zona hay una falta de restos de los primeros periodos. Su historia más antigua comienza con los restos de dólmenes, como los catalogados de Seroiro, Pradías, Andeo o Villares de Arriba. Entre sus túmulos están los de Chao dos Moullois que no tienen grandes restos.

Su edad del hierro, aparece marcada por la cultura castreña entre ellos destacaremos los Cecos, Villameirín, Fondodevilla, Sena o Laguía. Ninguno de estos castros ha sido excavado, por lo que no se puede saber cuáles son posteriores a la conquista romana. Lo que sí se puede saber por los restos de explotaciones auríferas que este concejo tiene, es que la dominación del imperio tuvo como objetivo el control de los yacimientos de oro del occidente asturiano. En este concejo es donde se encuentran el mayor resto de minas auríferas. Los asentamientos romanos también explotaron yacimientos de plata en Penedela y río de Porcos, donde aparecieron lucernas y diversas herramientas.

Las primeras referencias escritas de esta zona se corresponden al periodo altomedieval y pertenecen a instituciones eclesiásticas que querían enriquecer su patrimonio, así éstas aluden a las fundaciones monásticas de Sante Marie de Zeques y Sancti Antonini de Ibias, la primera incluida en el falso testamento de Fruela II, aunque también hay mucha documentación falsa. Entre los monasterios con influencia en esta zona destaca el de Corias.

En los siglos XI al XIII, ya empieza a tener unas características más propias esta zona, aparece su nombre Ibia o Ibi, como una denominación englobadora de territorios. En esta zona lo que más predomina fue una presencia laica, así la Casa de Ibias o la de Ron, que son de las principales familias locales, ostenta durante un gran periodo este territorio bajo su dominio.

En el siglo XIV, hay que destacar un hecho que marca el poder laico, es el litigio contra las personas herederas de la Casa de Ibias, ya que querían que se les reconocieran todos sus derechos, las gentes del lugar pleitearon alegando que el señorío pertenecía al Príncipe de Asturias sin conseguirlo. La Cancillería resolverá a favor de la Casa de Ibias y esto traerá una tensión antiseñorial. Se fundan los mayorazgos de Ibias y Ron que unidos a los que ya había, creaban una gran zona exenta de jurisdicción ordinaria.

Llegando un momento que se definía a este concejo como "concejo de Ybias que es de López Núñez Ron y de otros señores".

En el siglo XVIII, la situación es tensa y hay una gran cantidad de quejas al Rey sobre el poder y abusos de estos señores y en especial de don Miguel de Ron al que se acusaba de haber hecho en la villa de Cecos "coto y jurisdicción cerrada de horca y cuchillo". El Rey mando un visitador y debido a las contundentes noticias del visitador, el monarca decidió embargar algunos cotos. Con la apelación de sus titulares algunos los recuperaron y otros pasaron definitivamente a la jurisdicción ordinaria. Los cotos se habían reducido pero todavía había gran cantidad de ellos. En esta época la actividad agraria centraba la economía del concejo, porque Industria apenas había, únicamente la hidráulica para la molienda del grano.

El siglo XIX, estuvo marcado por diferentes hechos. La guerra de la Independencia, que afectó al concejo de un modo marginal. Más actividad tuvieron las guerras Carlistas, debido a los movimientos de diversas partidas. Lo que se destaca en este siglo, son las modificaciones administrativas, así Ibias ingresa en el partido judicial de Grandas de Salime y más tarde en el de Cangas de Tineo. Luego se irán integrando en el concejo diferentes cotos, aunque todavía quedaran algunos con relativa independencia. Es en este siglo cuando Degaña se separa de Ibias y este alcanza la configuración que tiene en la actualidad.

En el siglo XX, durante la dictadura de Primo de Rivera, la capital municipal se trasladará, por unos meses a Cecos. La guerra civil no tuvo operaciones bélicas de especial trascendencia. Tuvo más importancia cuando concluyó la guerra, la partida guerrillera de Serafín Fernández Ramón "El Santeiro", que siguió peleando durante un tiempo. Lo más destacable en este siglo fue su éxodo rural, la explotación minera de antracita de Tormaleo, que trajo una redistribución de su población pasando su capital San Antolín del décimo lugar por numero de habitantes a ser el primero.