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sábado, 30 de abril de 2011

Concejos Asturianos XI
















CANGAS DE NARCEA.




Partido. En el primer cuartel, en azur, Cruz de la Victoria en oro y piedras preciosas. En el segundo cuartel partido en plata, un león rampante en azur. Al timbre corona real cerrada.




Reseña Histórica.


El concejo no tiene una similitud en restos del paleolítico con los concejos vecinos que sí los tienen, así los restos tumulares que en los concejos limítrofes hay en gran abundancia, aquí apenas existen.

Los más arcaicos lugares donde se detectaron restos corresponden a la Edad de Hierro y la Época Castreña, que se halla representada con más de veinte emplazamientos de gran importancia, con abundantes restos del laboreo del oro que se pueden agrupar en tres conjuntos: en primer lugar el del valle del río Eirrondu, en segundo lugar cerca del caudal del Narcea y un tercero lugar junto al río Ibias, donde se encontraron restos de monedas y de cerámica que completa las pruebas de la presencia romana en esta zona.

Lo que sí hay es una laguna de noticias que va desde el poder romano hasta el medievo, donde empezamos a encontrar ya noticias de este territorio pero no con la configuración que tiene hoy en día el concejo de Cangas del Narcea, ya que en un primer momento sus extensiones se reducían al valle del río Luiña. Por otra parte se cree que en los siglos X y XI había en esta zona una gran cantidad de aristocracia con grandes propiedades que fundaron monasterios. Todos estos pequeños monasterios cayeron bajo el predominio del de Corias, que tuvo una gran influencia en la historia de este concejo. Fue fundado por los condes Peniolo y Aldonza, pertenecientes a la más influyente nobleza asturiana, con una gran fortuna tanto en tierras como en dinero.

En el siglo XIII, fue Alfonso X el que con su programa de repoblación, funda una puebla a la que se llama Cangas de Sierra en 1255, centralizándose aquí se la actividad administrativa y económica de esta zona.

La baja Edad Media trajo para el concejo de Cangas, el paso por diferentes manos señoriales, como un modo de traer el apoyo de éstos a la corona. Fue Alfonso XI el que dio una serie de privilegios a la gente de la zona y al monasterio de San Juan de Corias, para evitar el despoblamiento de la zona.

Los siglos XIV y XV, están marcados por diferentes tipos de luchas, hasta caer el concejo en manos de la poderosa familia Quiñones, siendo restituido más tarde a la corona por Enrique III, pero aun así hubo diferentes enfrentamiento entre los corregidores mandados por la corona y la familia Quiñones, que ahora ostentaban el condado de Luna, que acaba en un pleito que se resolvió en 1553 a favor del rey, consiguiendo Cangas su autonomía, con jurisdicción ordinaria de realengo.

La Edad Moderna, traerá grandes cambios, tanto territoriales como administrativos, destacando la desamortización de Felipe II que no logró derrumbar el poderío del monasterio de San Juan de Corias, que ya había ido perdiendo influencia y algunas tierras en los años anteriores, pero que seguía teniendo su influencia sobre un vasto territorio.

En los siglos XVI y XVII, el concejo de Cangas del Narcea pasa a formar parte de la Junta General del Principado. En este siglo, la dedicación del concejo es principalmente ganadera y agrícola.

En el siglo XVIII, hay que destacar una actividad antiseñorial por los abusos cometidos por la nobleza, mandando un memorial al rey con todas las quejas, este fue un largo proceso que continuará en la Audiencia de Oviedo y en el Consejo de Castilla, hasta lograr la abolición de todos los derechos señoriales.

El siglo XIX, trae la guerra de la Independencia y el concejo fue invadido por dos veces, con el incendio de su archivo y ayuntamiento. Pero lo más importante de esta época fue la desamortización de Mendizábal, que acabó completamente con el monasterio de San Juan de Corias, vendiéndose todo su patrimonio quedando el monasterio abandonado durante treinta años, hasta que fue de nuevo ocupado por una comunidad de dominicos. En este siglo Cangas seguía dentro de su tradicional aislamiento, ampliado por la falta del ferrocarril, aunque a pesar de todo, la villa de Cangas empezó a tener un gran crecimiento debido a otro tipo de comunicación como fueron las carreteras: Espina-Ponferrada, Cangas-Ouviñano, y Puente Nuevo.

El siglo XX, traerá en sus comienzos un cambio de nombre, la corporación de Cangas del Tineo la cambia por Cangas del Narcea, esto fue debido a que la villa es ya el centro de todo este territorio y no quiere tener una dependencia de Tineo. La guerra civil no influyó en Cangas, pero sí la posguerra, ya que en estos lugares las partidas de guerrilleros republicanos se seguirían resistiendo. A partir de los años cincuenta este concejo desarrollará su actividad minera produciendo más de la mitad de la producción regional de antracita, que en las últimas décadas de este siglo trajo un fuerte recorte en su producción, esperándose una reducción del 50% en el 2.005 por los planes de reconversión.

viernes, 29 de abril de 2011

Concejos Asturianos X













CANDAMO.


Es un escudo partido. En el primer cuartel: un pino, con una serpiente y a su lado hay un pájaro, acompañan al pino cuatro lanzas. Esta primera parte es el escudo de armas del concejo de Grado, al que perteneció Candamo hasta 1788. En el segundo cuartel: tres tablas de plata, con cuatro tornillos del mismo metal en cada una de las tablas. Esta parte es atribuida al linaje de Tablas de Candamo. Al timbre corona real abierta.


Reseña Historica.

Candamo y en especial las márgenes del río Nalón, son una zona de gran riqueza de yacimientos del Paleolítico. Un yacimiento excepcional es la cueva de la Peña de Candamo, descubierta en 1913, es él más importante conjunto de arte rupestre del Paleolítico y el que está más al occidente. Del neolítico, también hay restos tumulares en las zonas de Ventosa o de Valdemora.

De la época castreña, destacaremos tres emplazamientos: El Castiello en Praleía, La Pica en Murias, y El Castiello en San Tirso.

El periodo de la romanización, no ha dejado especiales huellas en este concejo, circunstancia que contrasta con la gran cantidad de restos romanos que hay en los concejos limítrofes.

En la Edad Media, hacia el siglo XI, las primeras referencias documentadas, son gracias a los archivos monásticos, ya en esta época se empieza a marcar el territorio del concejo de Candamo, pero sólo incluía el margen derecho del río Nalón. Es en el siglo XII, cuando empieza a revelarse una organización administrativa pero muy vinculada a los territorios de Pravia y Gozón.

Durante el siglo XIII, es cuando su historia administrativa sufre un cambio, pues se integró en la puebla de Grado, pero manteniendo su integridad territorial. Es en 1784 cuando comienza una época de autonomía y alejamiento, habiendo continuos pleitos sobre repartimientos y elecciones contra el ayuntamiento de Grado. No sería hasta 1.835, cuando la Junta de Candamo se proclame de forma definitiva, corporación independiente, ya que tuvo varios intentos anteriores de independencia fallidos. Incluso teniendo esta separación administrativa, Candamo estará durante todo el siglo XIX unida a Grado por otros vínculos, como fueron los ganaderos y agrícolas.

A pesar de no contar con un sector industrial, su ideología está mayoritariamente vinculada al movimiento obrero. En la guerra civil, hizo una gran defensa para impedir la entrada de las columnas gallegas, tras la guerra la instalación de la zona industrial en el centro de la región, hizo que Candamo siguiera basando su economía en la tradición agrícola.

jueves, 28 de abril de 2011

Concejos Asturianos IX












CABRANES.

Escudo partido y medio cortado. Primer cuartel partido: con dos cabras una echada al pie del pino y otra alzada, son las armas de los Tineo y Tuñon. Segundo cuartel cortado: un sol en oro. Tercer cuartel cortado: con cinco vasijas de plata, estas vasijas son el escudo de armas de la familia Bernardos. Al timbre corona real cerrada.

Reseña Histórica.

Sin hallazgos Paleolíticos, sus restos tumulares de la época Megalítica no son muy prolíficos, hay tres restos de túmulos, en la línea divisoria con Villaviciosa y otros dos, en los montes Incós y Montaliñu.

En su cultura castreña y de romanización, sólo se ha descubierto un emplazamiento, en la Coroña Castru y otro posible vestigio en el llamado Camino de los Moros.

El Periodo Medieval, sigue siendo un poco oscuro, no encontrando sus orígenes para saber como empezó su historia como concejo, para poder enmarcarlo, tal como ocurrió en otros concejos asturianos. Esta escasez de fuentes escritas, se atenúan con los restos arqueológicos de tipo eclesiásticos, como son los de la iglesia de Gramedo atribuidos sus orígenes al año 846 y la de Santa Eulalia. En lo referente a los enclaves defensivos de esta época, son los de La Cobertoria, La Coroña Castru y la torre del Cueto, aunque todos estos restos no están cronológicamente muy bien fechados.

En el siglo XIII, empieza a tenerse una idea más clara sobre estas tierras. La instalación del monasterio de Valdedios, debió de tener una gran influencia sobre todo el territorio. Durante este siglo el municipio de Cabranes ya empieza a aparecer consolidado, pero no todavía con sus limites actuales. Ya que su organización administrativa, no tiene en esta época la importancia que tenían otros concejos, ya que era simplemente un concejo rural y de vía de paso de Villaviciosa al Puerto de Tarna.

En los siglos XIV y XV había un gran influjo monástico. El monasterio de Santa María de Valdedios fundado en el siglo XIII, alcanza su máximo desarrollo con su propia organización administrativa, pero también hay una gran influencia de la aristocracia laica, así el poderoso don Rodrigo Álvarez de Asturias, figura importante de la época, tenía grandes derechos sobre parte de este concejo, dejando en su testamento heredades al monasterio de San Vicente.

También empieza a destacar el influjo de la pequeña nobleza local, pero están en continuos enfrentamientos familiares.

En el siglo XVI, se destaca la desamortización hecha por Felipe II, que estuvo a punto de poner fin al monasterio de San Vicente y a su predominio sobre el coto de Camás, donde tenían unas prerrogativas que hacia marcar este territorio como independiente dentro del área, así administraba justicia tanto civil como criminal, o de vasallaje que debían las gentes de la zona al monasterio. Pero las alegaciones interpuestas impidieron su desvinculación. Esta influencia del monasterio, comienza a desaparecer en el último tercio del siglo venidero.

En el siglo XIX, este territorio sigue enclavado en su ambiente rural, sólo cabe destacar el monasterio de San Vicente, que sigue manteniendo su influencia sobre le Coto de Camas que desaparecerá completamente como zona independiente, en él ultimo tercio del siglo, incorporándose en todos sus aspectos al concejo de Cabranes. Su evolución industrial fue casi inexistente, en parte debido a su aislamiento y en parte por su exclusión de las principales vías de comunicación.
 
En el siglo XX, este concejo estuvo marcado por su emigración, descrita ya en su evolución demográfica. La guerra civil no tuvo especial trascendencia en el municipio y el paso del tiempo no ha podido modificar su carácter rural.

miércoles, 27 de abril de 2011

Concejos Asturianos VIII












CABRALES.

En azur, cruz de la Victoria en oro con piedras preciosas. Debajo un árbol con dos cabras a los pies y sobre las peñas un oso de color negro. Al timbre corona del Príncipe de Asturias.

Reseña Historica.

Su prehistoria cuenta con cuantiosos restos del paleolítico superior que han proporcionado abundantes muestras de instrumentos líticos y óseos. Así en la cueva de Las Canes, hay grabados realizados en las paredes y el techo. Destacaremos también diferentes cuevas con muestras de pinturas como son: la Covaciella, y El Bosque, todas ellas con dibujos de animales. En la cueva de los Canes aparte de sus pinturas, hay un recinto funerario con tres sepulturas.

De la edad de bronce aparecen dos hachas que le darán nombre a este tipo y que pasarán a denominarse como hacha Cabrales.

De la época prerromana y romana, son prácticamente inexistentes los restos en el municipio. Otras noticias, nos hacen referencia a la huida por este municipio de las tropas musulmanas, vencidas por Pelayo en Covadonga.

Empezamos a encontrar más datos a partir de la Edad Media, como una donación que se hace a la iglesia de San Pedro en Camarmeña. Donde encontramos una gran documentación, y se describe a Cabrales como entidad territorial, es en el siglo XII. Pero en esta época este concejo estará fuera de la política real, que ira creando pueblos y villas por diferentes concejos de Asturias. Cabrales nunca se caracterizó por tener grandes señoríos laicos, ni eclesiásticos.

Es en el siglo XIV, cuando ya aparece Cabrales como concejo, acudiendo sus representantes a la asamblea convocada en el monasterio ovetense de Santa María de Vega, para apoyar al rey don Pedro. También participó en la Junta General que se celebró en el convento de San Francisco en 1444. En esta época la administración concejil está dominada por las poderosas familias locales, como son los Barcena y los González de Buerdo, durante el siglo XVI. Ya en el siglo XVII, los cargos concejiles eran nombrados cada año por cada uno de los cuatro distritos en los que estaba dividido el territorio.

Con la invasión francesa, hubo diferentes actos que se mezclan entre la historia y tradición, como que los restos de los franceses vencidos, reposan en la Cueva de los Huesos de la Loma del Toro, o como el rechazo de las tropas francesas, al serles arrojados piedras desde la Peña la Cantina. Pero sí pertenece a la realidad historia, el gran valor de los numerosos soldados cabraliegos que murieron en la guerra.

Durante el siglo XIX, este concejo permaneció al margen de las transformaciones que hubo en otros concejos asturianos. Hasta pasada la segunda mitad del siglo, su agricultura seguiría siendo deficitaria, la principal riqueza será la ganadería y su industria más importante sería el queso, que se vendía en el resto de los concejos y provincias, exportándose ya a América. Su apertura al exterior llega en el siglo XIX, con la construcción de la carretera Cangas de Onís-Panes.

El siglo XX está marcado por una mayor evolución, con nuevos adelantos. Así destacaremos, el canal del Cares, la central de las Arenas, el embalse de Poncebos, etc. La guerra civil tuvo escasa importancia en este siglo, ya que este concejo, estaba alejado de los focos industriales y obreros, pero sí tuvo importancia con la caída del frente oriental, ya que muchas personas huídas se escondieron en los Picos de Europa.

martes, 26 de abril de 2011

Concejos Asturianos VII



BOAL

Partido y medio cortado. 1º, de gules, armas de Castropol. 2º, de azur, armas de Oviedo. 3º, de plata, buey de su color, sobre terraza de sinople. Al timbre, corona real cerrada.


Reseña Histórica.

De la época del paleolítico no se han encontrado restos. Los primeros datos que tenemos son del neolítico, como así lo demuestran los túmulos que se encuentran en la sierra de Penouta. También hay restos de túmulos en la sierra de Penacaros, en esta sierra se encontró el famoso puñal de antenas, realizado en bronce y de una sola pieza.

De la época castreña, hay cinco castros importantes: el de Pendia, el de La Escrita, el de los Mazos, el de Castrillón y Ecastelo, indicándonos su emplazamiento un marcado carácter defensivo. Su datación gira en torno al siglo I y II después de Cristo.

En la Edad Media, empiezan a aparecer las primeras fuentes escritas, procedentes casi todas ellas de fondos documentales eclesiásticos. Son dos los principales centros de esta época: la iglesia de Oviedo y el monasterio benedictino de San Juan de Corias, llegando el primero a tener su predominio sobre todas las tierras comprendidas entre el Eo y el Navia, por un acuerdo promovido por el rey Alfonso VII, para poner de este modo fin a las disputas entre los prelados de Oviedo y Lugo.

Esta zona se constituyó como municipio independiente, aprovechado la desamortización de Felipe II, siendo Boal su capital, pasando un tiempo al núcleo de Armal, que disfrutó de esta condición, y volviendo a pasar a Boal definitivamente en 1.791.

Durante el siglo XVIII, su actividad es agraria y ganadera principalmente.

En el siglo XIX, la guerra de la independencia se dejó sentir en Boal, siendo la villa invadida por los soldados franceses donde se creía que existía una fabrica de armas. Durante la guerra carlista también fue invadido el concejo, y conoció otros problemas, como el cólera o la epidemia de viruela.

El siglo XX, trae una serie de avances, como la construcción de carreteras: Navia-Grandas de Salime y Navia-Boal, la construcción del pantano de Doiras, o las explotaciones de las minas de wolframio de Penouta que llevaron a este concejo a su cuota de máxima desarrollo en 1.951, hasta su cierre en 1.963.

lunes, 25 de abril de 2011

Concejos Asturianos VI

  










BIMENES

Escudo cuartelado. En el primer cuartel: castillo, león y báculo. Es el escudo de armas de la orden Benedictina, representada aquí por el convento de San Vicente de Oviedo. En el segundo cuartel: jaquelado de quince piezas. Son las armas de Álvarez Asturias, de esta familia existen numerosas variantes de sus escudos. En el tercer cuartel: águila en sable, son las armas de la familia Estrada. En el cuarto cuartel: cinco palos de sinople y una quilla de barca con el lema "BALVIDARES", que es el escudo de armas de Balvidares, familia oriunda de este concejo.

Reseña Histórica:
Sus primeras noticias fueron de asentamientos humanos del Neolítico, que dejaron sus testimonios en tumbas tumulares, como son las de Piedrafita, o las de Lancosa. Anteriormente, no hay vestigios de la ocupación paleolítica.

Los castros, fueron localizados en el Pico Castiello, donde se encontraron restos de cerámica romana. Cerca de las minas de Melendros, fueron encontrados otros dos castros, los de La Millar y el de Santa Cristina, relacionados con labores mineras. No se puede descartar que estos asentamientos siguieran bajo la ocupación romana, pero no hay restos que lo testifiquen.

En la época medieval, hay escasez de fuentes escritas, aunque tenemos referencia de una donación conservada en el monasterio de San Vicente en Oviedo de 1.161, por la que Didaco Petri da a su esposa una heredad de su propiedad en Ulimenes. Ya al final del medievo, estas tierras formaban parte de las posesiones de los Noreña, a cuyo linaje pertenecía don Rodrigo Álvarez de Asturias, poderoso magnate de esta familia, que en su testamento transfiere al monasterio de San Vicente de Oviedo la jurisdicción y el dominio sobre las tierras de Bimenes, salvo las yuguerías de Santo Millano y Fontoria que pasarían al monasterio de Santa María de Vega. El dominio de San Vicente es casi completo sobre el municipio, manteniendo su predominio hasta 1583, en el que su señorío fue redimido a sus habitantes, que pagaron 800.000 maravedíes quedando libres y pasando a constituir concejo independiente y a integrarse en la Junta General del Principado, dentro del partido llamado de la obispalía, aunque nunca había estado bajo el señorío episcopal.

En el siglo XIX, el sector libre formado por la nobleza cuenta con unos cotos importantes, como fueron: el coto de Taballes perteneciente al marqués de Estrada, con una extensión de 4.000 días de bueyes y el coto de Melendreros, perteneciente al conde de Nava, de más extensión, 4.200 días de bueyes. Todo esto cambiará con la entrada del siglo XX, que traerá grandes transformaciones, sobre todo administrativas, desapareciendo todos los cotos señoriales e incorporándose a la jurisdicción ordinaria. Otras transformaciones fueron las económicas, empezando por las actividades mineras, con pequeñas minas superficiales, explotadas mediante pequeñas galerías.

Hay nuevos proyectos, como el establecimiento del ferrocarril de vía estrecha, que permitirá acercar el carbón de Bimenes a los puertos costeros. La llegada del ferrocarril, traerá un cambio en las explotaciones mineras, con apertura de pozos mucho más profundos, y una compleja red de galerías subterráneas, pero no comparables a las minas de las cuencas del Caudal y del Nalón, que llegaron a degradar su tradicional paisaje.

Todas estas transformaciones trajeron muchos cambios, y entre éstos, los cambios sociales. Así, los movimientos obreros arraigaron con fuerza y en el siglo XX marcarían la historia de este concejo.

Sólo existe una actividad económica de cierto relieve, que es la de bienes y servicios, cuya misión es satisfacer las necesidades de su población, pero que obtiene su dinero en otros concejos.

sábado, 16 de abril de 2011

Concejos Asturianos V














BELMONTE DE MIRANDA.

Escudo medio partido y cortado. En el primer cuartel partido: cinco bustos de doncellas rodeadas por serpientes, que es de Miranda. El segundo cuartel, llamas de oro que son las armas de Cienfuegos, de las que existen diversas versiones: en algunas casonas, aparecen sólo una llama y en otras cinco pequeñas llamas. Tercer cuartel: brazo de un monje empuñando un báculo, acompañado de los lises una a cada lado, una cruz flordelisada de oro y una mitra abacial, este cuartel es una variante de las armas de la congregación de Castilla de la Orden del Cister. Al timbre corona real, cerrada.

Reseña Histórica.

Son escasas las noticias sobre los primeros asentamientos humanos que habitaron estas tierras, pero se tiene constancia de la existencia de una necrópolis en Balbona, aunque no se encontraron restos de ajuares. El hallazgo más importante es la aparición de un ídolo en Llamos, aunque sin contexto arqueológico, y es difícil su datación, únicamente comparándolos con otros similares que se podrían datar en la Edad de Bronce.

Su cultura castreña tiene pocos restos, identificándose en el pico Cervera un castro que quizás sea una antigua torre romana. Sí hay muchos restos romanos, tal vez debido a toda la explotación aurífera llevada a cabo en esta zona. Hay una calzada romana que unía Asturias con la Meseta, fue anteriormente una vía natural, ya utilizada por el pueblo astur. Esta vía fue él más importante cruce de culturas, por ahí pasaron: centurias romanas, huestes árabes, peregrinación jacobea, etc.

Resulta complicado fechar históricamente el nombre de Miranda al de Belmonte, apareció en la Edad Media como un territorio que más o menos podría estar en esta zona. La historia de este concejo está unida a la construcción de un monasterio, La Villa Lapideum, fundado por la reina Velasquita esposa del rey Bermudo II de León, que reunió en una sola propiedad varias dispersas. Bermudo III Permutó esta propiedad con los Condes Pelayo Froilaz e Idontio Ordoniz, por otra de éstos que estaba en Galicia. Dichos condes fundaron un monasterio, pero sus descendientes disgregaron el patrimonio, que más tarde sus herederos lo aumentarían y simultáneamente el Rey Alfonso VII lo puso bajo su protección acrecentando aún más su patrimonio y consolidándolo como señorío territorial y jurisdiccional. De este monasterio de Lapedo, no queda piedra alguna. Determinó la historia del concejo y su predominio sobre el resto de monasterios de la zona.

En los actuales territorios, estaban las tierras de Miranda Alta y Miranda Baja y entre ambos el coto abacial de Santa María de Lapedo, luego había dos jurisdicciones, la primera con capital en Selviella y el segundo el de Lapedo, donde había un pequeño poblado que se llamaba Belmonte. Las gentes que estaban en las tierras monásticas vivían bajo una férrea jurisdicción de los abades, mientras que quienes habitaban Miranda, tenían representantes propios en la Junta General del Principado. En 1.827 el coto pasa a ser por decreto agregado al concejo de Miranda, al ser la villa de Belmonte más importante y estar mejor situada, estableciéndose en ella la cabeza del partido judicial.

La historia de este concejo permanece unida al monasterio hasta el siglo XIX, monopolizando los monjes, no sólo tierras sino también sojuzgando a sus habitantes, dándose el caso de que no podían contraer matrimonio sin el permiso de los abades. Esta férrea actitud se acabó, con el decreto de la desamortización de Mendizábal, que hizo que la revancha del campesinado fuera rápida y se apresurara a no dejar piedra sobre piedra del convento de Lapedo.

En aquellas circunstancias muy pocas familias eran libres y las que eran pertenecían a la nobleza secundaria. El mayor colectivo lo constituían, los/as vaqueiros/as de alzada, a quienes se les cedía la explotación de pastos y rebaños, que fueron adquiriendo progresivamente la propiedad de los rebaños, más que de las tierras, sobre todo porque los pastos adquirieron propiedad comunal, al subir todas las personas a los mismos pastos de la montaña.

La historia de este concejo siempre ha sido ganadera, si se destaca como paréntesis, la construcción por Hidroeléctrica del Cantábrico del Salto de Miranda, que dio al concejo una época de bonanza, recordada como "la época de las obras", ya que fue tal la cantidad de puestos de trabajo, más de 1.800 que llegaron de todas partes de Asturias.

viernes, 15 de abril de 2011

Concejos Asturianos IV




















AVILÉS.


En campo de gules, una nao puesta a la vela en la mar, con una cruz sobre el mástil y con una sierra en la proa de la nao, quebrando una gruesa cadena.


Reseña Histórica.


Su origen se pierde en los tiempos, aunque puede rastrearse una continuidad en los asentamientos humanos, desde hace unos cien mil años, en yacimientos próximos a la costa. Su historia empieza a documentarse en torno al siglo X, y nos habla de una villa situada al fondo de la ría y protegida por el castillo de Gauzón construido por Alfonso III el magno para la defensa del puerto, y de las incursiones piratas. Los restos del castillo aun pueden verse en el Peñón de Raíces en la entrada del pueblo de Salinas. En este castillo, es donde se recubre de oro y pedrería la cruz de Pelayo para su donación a la Iglesia Ovetense.


Su situación marcó su destino tanto por ser el puerto de Oviedo, a menos de una jornada de camino fácil, como por su ría que divide a la ciudad en dos, tanto geográficamente como económicamente, pesca en Sabugo y comercio y artesanía en la villa amurallada.


Avilés adquiere definición ciudadana con el fuero de Alfonso XI, que se conserva en el Archivo municipal en pergamino una copia romanceada, joya histórica, lingüística y jurídica por la que la villa adquiere categoría de realengo, sin sometimiento señorial y con unos privilegios económicos y civiles, guardando una inquebrantable fidelidad a la corona. En esta época, Avilés demostró su valor estratégico en lo económico, con el monopolio de la sal, teniendo su almacenamiento y distribución. También hay que destacar su comercio marítimo, que recorría desde el cabotaje Cantábrico al comercio con el Norte de Europa, Portugal, Francia y la Península.


Todo este desarrollo comercial y urbano se fraguó en los últimos siglos de la Edad Media, que se sumó a la concesión del Fuero dado por Alfonso XI y ratificado por su nieto Alfonso VII, que marcará toda la orientación política de la villa siempre al lado de la corona. Así Avilés, se vio envuelta en una confusa vida política con la corona de Castilla, ya que todos su monarcas premiaron su fidelidad, ampliando sus privilegios, llegando a disculparla de satisfacer el impuesto de peaje y portazgo en casi todo el reino. Todo esto sirvió para que Avilés se convirtiera en refugio para las personas leales de la autoridad real, pero no por ello deja de ser asaltada por la poderosa familia Quiñones y reconquistada de nuevo. En su recinto se celebran Juntas del Principado para recobrar las libertades no sólo locales sino del Principado.


En toda la Edad Media se fue cimentando la estructura social de Avilés, que agrupaba diferentes elementos en su urbe: el campesinado, las personas dedicadas a la artesanía, la burguesía adinerada y población extranjera atraída por la importancia comercial del puerto, pero igual que destacamos el importante desarrollo en la Edad Media, con su fin y el avance de la Reconquista, Avilés se fue quedando atrás tanto en lo geográfico como en el centro de decisión y esto unido a la situación que se dio de venta de cargos públicos entre determinadas familias, acabó por agravar más su situación de retroceso.


Con la Edad Moderna el puerto de Avilés tan importante, empezó a caer en una crisis mercantil, pero otros sectores tomaron su relevo, como fue sobre todo el sector agrícola que tuvo grandes mejoras en los cultivos tradicionales y también destacar la entrada del maíz.


A todo esto también le siguieron unos siglos y acontecimientos confusos como la entrada de tropas francesas en la villa o los cambios políticos de los años siguientes, la promulgación de la constitución de 1812, el regreso de Fernando VII, la ocupación por las tropas carlistas del General Sanz, la nueva Constitución de 1837, Dictadura de Primo de Rivera, Segunda República, Guerra Civil, etc.

jueves, 14 de abril de 2011

Concejos Asturianos III













AMIEVA.

Escudo medio partido y cortado. 1º, de plata, vaca de sable. 2º, de oro, árbol de sinople. 3º, de oro, montañas de sinople sobre ondas de plata y azur. Al timbre, corona real.

Reseña Histórica.

Su riqueza arqueológica no es muy extensa pero sí nos permite constatar presencia humana en el Paleolítico superior en la parta alta del Sella. Así en la cueva de Collubil, los útiles aquí hallados comprenden a la industria lítica y ósea. Los primeros ciclos metalúrgicos aparecen representados por el dolmen de Mián en Sames, desgraciadamente desaparecido, debido al afán coleccionista que imperaba en la época, este dolmen suele relacionarse con otros dos del oriente asturiano: los dólmenes de Abomio y Santa Cruz en Cangas de Onís.

En la edad de hierro, hay escased de poblados fortificados, lo que llamamos castros. Ni uno sólo ha sido localizado, pero fuentes diversas parecen confirmar que este territorio, estuvo habitado por pueblos prerromanos-cantabros y astures, en torno a los valles. La conquista romana tuvo en esta comarca más consecuencias militares que geoestratégicas.

En el periodo altomedieval aparece, mejor definido el territorio del concejo, teniendo varios documentos que lo prueban como la documentación medieval del monasterio leones de Sahagún, donde se alude en el siglo X a una vía de comunicación que unía las tierras de Amieva con la Meseta. Esto lo confirma también los privilegios que el rey Alfonso VII otorgó a favor de una alberguería en el puerto de Pontón y la construcción del puente de piedra Puente Dobra sobre el río de su nombre.

Amieva, aparece ya en la decimocuarta centuria plenamente consolidada, como uno de los consejos asturianos, así aparece entre el grupo de concejos que se unió a la causa del rey Don Pedro, con varios municipios leoneses.

Toda esta falta de documentación, en parte fue debida a que en un medio rural de este tipo, el sector predominante fue el ganadero, lo cual contribuye a dificultar el seguimiento documental que a diferencia de la edad moderna esta mucho mejor documentado, en parte gracias al Catastro del marques de la Ensenada, realizado en 1.752 en el que constata este concejo como predominantemente, de abrupta orografía. El terreno cultivado en esta época era sólo el 7´2%, al tiempo que el 12,5% se dedicaba a pastos. Estos pastos eran comunales del municipio, repartidos entre el alto y bajo Amieva, y servían de alimento al ganado, ya en esa época era la principal fuente de riqueza. Este aprovechamiento mancomunado de los pastos no estuvo exento de enfrentamientos y pleitos, en el siglo XV hay una disputa con los concejos leoneses de Valdeón y Sapombre, estando dichos pleitos en vigor todavía hasta bien entrado el siglo XX.

Como entidad concejil Amieva concurrió a la Junta General celebrada en 1.504 en el convento ovetense de San Francisco, para dar posesión al nuevo corregidor don Fernando Álvarez de Toledo.
La casa consistorial estaba en Sames, la capital del concejo, pero con anterioridad el Ayuntamiento estuvo en el lugar de Amieva, del que toma su nombre el concejo. En la localidad de Cireño se conserva el recuerdo de que la Casona edificio del siglo XV fue utilizada como juzgado y donde eran elegidos en el siglo XVII los procuradores del concejo.

En el siglo XIX con la guerra de la Independencia, jóvenes del concejo se integraron en el regimiento de Cangas de Onís, que se ocupó de la defensa del puerto de Baeza, tanto durante la primera, como en la segunda invasión, no logrando nunca Francia un control efectivo de este territorio.
En el siglo XIX, el principal sustento del concejo era el ganado vacuno, ya que apenas había industrialización, lo cual empezó a provocar la emigración a ultramar, llevándose jóvenes a Cuba, Argentina, Venezuela, etc. Un elemento clave para las mejoras de la comunicación, fue la construcción de la carretera del Pontón a Arriondas, vía esta que seguía el curso del Sella. Al margen de esta carretera quedó la capital Sames lo que unido a la ruina del viejo edificio del Ayuntamiento, hizo su traslado a Precendi, por donde discurría la vía que es donde se halla actualmente.

miércoles, 13 de abril de 2011

Concejos Asturianos II













ALLER.

Escudo cuartelado en cruz. Primer cuartel: tres castillos de oro que son representativos de los que hubo en el concejo: los de Soto, Pelúgano y el Pino. Segundo cuartel: dos llaves adosadas, acompañadas de seis lunetes puestos de tres en tres y tres lises de oro, este cuartel está formado por las armas de los Quirós. Tercer cuartel: un sol en oro, este cuartel es las armas de la familia Solís. Cuarto cuartel: castaño del que sale un brazo armado del que cuelga un caldero, estas son las armas atribuidas a los linajes Castañon y Nembra. Escusón en abismo, la Cruz de la Victoria en oro y piedras preciosas.

Reseña Histórica.




La primera presencia humana se puede atribuir a los tiempos neolíticos y al comienzo de la edad de los metales, atribuyéndose a este último marco dos estructuras neolíticas cerca de Boo. La comunidad asentada aquí nos ha legado útiles e instrumentos de su actividad, en concreto, se hallaron dos puñales, uno de espiga y otro alabardado.

La época de bronce, aparece representada por un brazalete del mismo metal encontrado cerca de Cabañaquinta. También destacaremos el mayón de la Corralá, aunque tiene una incierta atribución cronológica y es un monolito de arenisca hincado en el suelo verticalmente, su forma nos recuerda representaciones fálicas, contiene diversos motivos grabados: cruces, cazoletas y una figura humana.
Respecto a la romanización, hay algunos datos que destacaremos: una vía romana que divide los concejos de Lena y Aller conocida como vía Carisa, la cual se dirigía de Lena a Lugo de Llanera. Finalmente, datos poco concretos y mal contrastados hacen referencia a diferentes vestigios. Un casco de cobre con varios relieves, gran cantidad de monedas de plata anteriores a Tiberio. Todos ellos constituyen los últimos restos arqueológicos, conocidos anteriores al Medievo.

La Alta Edad Media supone contar con las primeras noticias escritas sobre diversos lugares alleranos. Una primera referencia la encontramos en un documento de la catedral ovetense, supuestamente del año 857 que hace referencia a un afluente del río Ayer. En el periodo de vigencia del reino astur encontramos documentos que nos hablan del crecimiento espacial del valle. Las fuentes arqueológicas datan el poblamiento de estos lugares en los siglos IX y X, como así nos lo demuestran las inscripciones de la iglesia de San Vicente de Serrapio, que data del año 894, y la iglesia de San Julián de Llamas que cuenta con un epígrafe que sitúa su primitiva construcción en el año 940. A partir del siglo XI, la organización espacial de la comarca aparece mucho más definida, como lo demuestra un documento en el que un tal Senior y su mujer Olimpia, ceden una serie de propiedades para la fundación de un hospital.
Es en el periodo bajomedieval donde hay modificaciones en la estructura del poblamiento del valle, concretamente durante el reinado de Alfonso X, en el que la puebla de Aller pertenece al elenco de nuevas villas creados por este rey. A partir de entonces la corporación allerana comienza a funcionar de forma regular y se registran los primeros cargos concejiles.

De todas formas es de sobra conocida la escasez de estudios durante los llamados siglos modernos, y pocos son los datos que nos permiten individualizar su evolución. A partir del siglo XVIII los datos de Hacienda y del Archivo Histórico Nacional, nos revelan un poderosísimo sector ganadero, cuya cabaña en todas sus modalidades se cuenta entre las más numerosas de Asturias. Otra de las actividades que tuvieron su despegue en esta época fue la comercial, especialmente atractiva por su situación de enclave en el itinerario entre Asturias y la Meseta.


Pero lo que realmente consolida como el verdadero canal de comunicación allerano con el exterior, fue el Puerto de San Isidro en el siglo XIX, con la construcción de una carretera que unía el valle principal con la cuenca del Caudal. A raíz de esta novedosa y parca infraestructura viaria, comenzaron a explotarse los primeros yacimientos carboníferos de Aller. De aquí en adelante fue una expansión constante, aumentada en las últimas décadas del siglo con la aparición del ferrocarril, que artículo los valles del Caudal y Lena.

martes, 12 de abril de 2011

Concejos Asturianos I













ALLANDE.

"En azur, la Cruz de la victoria de oro y piedras preciosas, con las letras griegas Alfa mayúscula y Omega minúscula ambas de oro y colgadas de sus brazos. Bordura de ocho menguantes de oro, con corona real abierta".




Reseña Histórica.

La más antigua presencia humana que se detectó en su territorio, son grupos neolitizados, que han dejado su huella en la arquitectura megalítica, de la que procede la piedra dolménica de la Tumba de Castellí. Otro periodo bien representado en las tierras allandesas corresponde a la cultura castreña, y de la que sólo el Castro de San Chuis fue excavado y por lo hallado hasta ahora se data en la época romana. Debía estar en directa relación con las minas de oro situadas cercanamente, metal que fue precisamente el acicate para la ocupación romana de estos territorios. Estas explotaciones auríferas han dejado multitud de vestigios y huellas en el paisaje de Allande y una de estas huellas fue la cantidad de metros cúbicos de tierra que fueron afectados y movidos.

En líneas generales podemos agrupar las minas de esta zona en tres conjuntos: el primero, la zona del Altu´l Palu en donde se hallan las conocidas Cova de Xan Rata, Fama la Freita y el túnel de Montefurao. Otro conjunto estaría en el valle del río d´Or tributario del Navia, y el último grupo estaría entorno al castro de San Lluis. Éstas últimas explotaciones debieron empezar en el siglo I y cesar al comienzo del siglo III.

Sigue un periodo poco conocido, es posible que por su situación haya estado bajo el control del reino suevo y luego del visigodo. Las primeras referencias documentales son del siglo X, pero en su mayor parte se consideran sospechosas de falsedad, pero ya en el siglo XI, ciertas entidades eclesiásticas monásticas comenzaron a dejar sentir su influencia económica y feudalizante en esta zona. Destaca el influjo del monasterio de San Juan de Corias que contaba en 1.044 con una dotación de abundantes tierras allandesas, pero habrá otros monasterios que cada vez acapararon más tierras, destacando así, el de Santa María Celón. También el cabildo catedralicio disponía de propiedades en la comarca durante la baja Edad Media. No faltaron los conflictos por los diezmos del arciprestazgo de Allande y la iglesia de Oviedo, así tenemos un ejemplo con la iglesia de San Salvador de Oviedo entre los años 1.262 y 1.269. El Obispo Pedro otorga a los hombres del concello de Allande dependientes de la Iglesia, todo cuanto halla en su propiedad para que puedan "fazer poblu" imponiendo como fuero la cantidad de 110 maravedis al año, esta decisión debía de surtir efecto pues para 1.277 aparece Allande entre los pueblos del occidente asturiano que establece hermandad con la villa de Avilés para prestarse ayuda en el mantenimiento del orden en sus territorios. También debió influir en el desarrollo el privilegio otorgado por Alfonso IX, ya que este concejo fue paso en la peregrinación del camino de Santiago.

Durante el reinado de Fernando VI el concejo de Allande fue moneda de cambio que utilizaba la corona para pagar sus servicios a los leales, particularmente a la familia Quiñones. Contra estas concesiones protestaron los vecinos y en 1.378 un representante de Allande estuvo presente en la Junta General reunida en Oviedo para rechazar estas prerrogativas impuestas.

Del dominio de la familia Quiñones pasó a Rodrigo de la Rúa quien la compra por un millón de maravedíes. Rodrigo de la Rúa fundó mayorazgo a favor de su hijo mayor Gutiérrez González de Cienfuegos y en adelante el señorío de Allande permaneció ligado a la casa de Cienfuegos que obtendrá en el siglo XV, el título de condes de Marcel de Peñalba. Las prerrogativas fueron mantenidas hasta la reforma constitucional de 1.812

La presencia del concejo de Allande en la Junta General no fue siempre continuada y su representación fue ejercida por algún miembro de la casa Cienfuegos.

Los tiempos modernos no trajeron grandes transformaciones ya que en el siglo XVIII continuaba siendo fundamentalmente un concejo agrario. El escaso complemento industrial, estaba en los mazos de hierro hidráulicos que se utilizaban para estirar el hierro, situados en Mazo de Arriba, Mazo de Abajo, Colobredo y la Puente. Todos ellos eran propiedad de un viejo poder feudal: el conde de Peñalba, señor de Cienfuegos. Si hay algo que llama la atención de la evolución histórica moderna de Allande es la resistencia anti señorial protagonizada por sus vecinos, hay continuas quejas y recursos contra el conde, hasta que en 1.742 el concejo de Allande será castigado por su resistencia con el "perpetuo silencio". En 1.744 se dictan unas ordenanzas en las que se reconoce el señorío de la casa de Cienfuegos.

El siglo XIX traerá la guerra de la independencia que afectara al término al ser cruzado por las tropas francesas. La Constitución de Cádiz traerá la deseada autonomía concejil para Allande liberada de la interferencia señorial. Durante este siglo la actividad agraria se mantiene igual y la industria del hierro se reconvertirá en tres herrerías, que en la década de los ochenta se ven obligados a cerrar ante la competencia de las factorías industriales con los altos hornos.

Los siglos XIX y XX, están marcados por su descenso demográfico, debido a la emigración transoceánica que fue parada momentáneamente, coincidiendo con la construcción del salto de agua de Salime, aunque esta recuperación no duro mucho ya que el embalse cerraba sus tradicionales canales de comunicación y convirtió todo el Valledor, en un fondo de saco que provocó el abandono de pueblos enteros. Sus pobladores se dirigen en su emigración hacia Europa y hacía el centro industrial de la región.

Comienzo la andadura de este Blog con la publicación de los escudos correspondientes a los 78 Concejos del Principado de Asturias.
La publicación se irá realizando por orden alfabético y junto a la descripción heráldica del escudo añadiré una breve reseña histórica del Concejo.
Las fuentes documentales que sigo son las reseñas que la página de la Federación Asturiana de Concejos tiene ya recogidas, en su página, y las descripciones heráldicas las de las obras de Bellmunt y Canellas y don Francisco de Sarandeses.

Animo a aquellos que quieran participar con sus aportaciones a hacerlo con respeto y tolerancia por los fallos ajenos.

Francisco José Francos.

domingo, 10 de abril de 2011

El Escudo del Principado de Asturias

En campo de  azur, la Cruz de la Victoria, de oro y pedrerías, bordeada de las leyendas HOC SIGNO TUETUR PIUS y HOC SIGNO VINCITUR ENEMICUS