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viernes, 30 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXVI






TAPIA DE CASARIEGO.

Cuartelado. El primer cuartel, sobre campo de azur, la Cruz de Los Ángeles (Oviedo). El segundo cuartel, en campo de gules representa un castillo almenado del que sale un águila de su parte superior con el cuerno de la abundancia sobre su cabeza y flanqueado todo por dos espigas (Tapia de Castropol). El tercer cuartel, una torre de plata, de donde florece de su parte almenada un guerrero que empuña un arma en su mano izquierda y una cruz en la derecha. Alrededor de todo esto aparece una leyenda que reza " VILLAMIL AVANTE CON ESTA CRUZ DELANTE" (familia Villamil de Serantes). El cuarto cuartel, representa al escudo de Fernando Fernández Casariego, a la sazón precursor del concejo de Tapia y nombrado posteriormente Marqués de Casariego. Su representación es partida, mostrándonos primero en oro, un pino de sinople acostado de dos lanzas que se apoyan en él y en punta una cabeza de jabalí de gules: el segundo nos muestra en gules, una torre donjonada de plata, mazonada y acabada en sable; bordura de oro, cargada de ocho roeles, de azur. Al timbre la corona del Príncipe de Asturias.

Reseña Histórica.


El concejo como tal nace a mitad del siglo XIX, aunque ya en tiempos prehistóricos debió estar colonizada esta tierra, como lo demuestran diversos útiles como hachas de piedra y que pueden pertenecer al Achelense antiguo. Lo que sí está mejor documentado es la existencia de varios asentamientos castreños a lo largo de todo el concejo. Estos castros tienen que ver con la existencia de explotaciones mineras en tiempos romanos, que utilizaban estas edificaciones para la defensa y organización del espacio. Las explotaciones mineras estuvieron en funcionamiento hasta principios del siglo III, en el que aparece un cambio en las relaciones de producción reemplazando los castros por nuevas organizaciones del espacio.

En el siglo X el monarca Ramiro II, dona al obispo de Oviedo el territorio comprendido entre los ríos Eo y Navia y en el que está incluido el actual concejo de Tapia. Esta donación es ratificada por el rey Alfonso VII en el siglo XII, el cual confirma que dicho territorio es de la obispalía ovetense, en dura pugna con el de Lugo que conservaba posesiones en Salave y Villamil. En el año 1282 el obispado de Oviedo crea la puebla de Roboredo para conducir los designios de la comarca, aunque más tarde ésta se estableció en Castropol. En el año 1300 las gentes del concejo hacen una reclamación al obispado de Oviedo a fin de que les suavice los tributos, consiguiendo que sólo el puerto de Tapia finque.

En el año 1579, el territorio de Tapia fue comprado por sus pobladores gracias a la venta efectuada por el rey Felipe II para poder pagar los incipientes gastos acumulados como consecuencia de las distintas guerras en las que estaba metida el estado. En el siglo XVIII y parte del XIX las parroquias de San Martín y San Esteban todavía se redimían al monasterio lucense de Corias. Del siglo XVIII data la fundación de un hospital para la atención de las personas más necesitadas y de las que pasaban haciendo la peregrinación. De 1750 es la construcción sobre la peña de la atalaya de una torre de dos pisos en forma de fortaleza medieval.

Tapia mantuvo representación en la junta formando parte del partido de Castropol, teniendo una menor representación por ser antiguo concejo de Obispalía, lo que se tradujo en una serie de tensiones y conflictos al querer estos equipararse en participación a los concejos de realengo. En 1863, gracias a la influencia de Fernando Fernández de Casariego, el concejo consigue la independencia total de Castropol segregándose de él cuatro parroquias de Castropol y una de El Franco. Tiempo más tarde Fernández de Casariego sería nombrado marqués de Casariego.
 
De la guerra de la Independencia el concejo se libró de cualquier contingencia. A finales del XIX, nace un sindicato de signo católico y conservador que sería el Circulo Católico. Visitan el municipio diversas personalidades de renombre como el reformista Melquíades Álvarez y el dictador Primo de Rivera. De los acontecimientos revolucionarios del 34 hay que decir que Tapia se puso desde un primer momento del lado del gobierno y en contra de la insurrección. En la Guerra Civil tampoco se libran en el municipio grandes batallas, aunque como en todo el Estado se tendría que superar un largo camino hacia el desarrollo, logrando iniciarse este proceso aquí en la década de los 50-60 con la llegada del boom turístico.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXV













SOTO DEL BARCO.

El escudo de Soto aparece acuartelado.
El cuarto 1º nos representa seis cuervos, de sable, colocados en dos hileras de tres cada uno, que son las armas del concejo de Pravia, al que perteneció durante un tiempo.
El cuarto 2º en campo de Plata, nos muestra un castillo de piedra sobre unas ondas fluviales, que guarda relación al castillo de San Martín y el río Nalón.
En el cuarto 3º en azur, vemos un escudo con cinco lises de oro y una espada en plata, con la punta hacia arriba. Todo ello está orlado por ocho cruces, y es la representación de las armas de la familia Ponte.
El cuarto 4º nos representa en Plata, una nave marina sobre unas ondas, y hace referencia a la representación heráldica del nombre del concejo.
Al timbre corona de Príncipe de Asturias
De la misma manera que la mayoría de los concejos del Principado de Asturias, Soto no tiene sancionado su emblema municipal, siendo las armas representadas en él, las que adoptaron los historiadores Bellmunt y Canella para la realización de su obra "Asturias", y en las que ponen, supuestamente, los elementos más característicos de cada municipio.


Reseña Histórica.

De la ocupación del territorio durante tiempos prehistóricos, no se han podido encontrar elementos que nos muestren claramente colonización de las tierras, aunque han sido hallados diversos útiles de piedra que se cree guardan relación con épocas muy antiguas.

De la época de la colonización romana sí que se pueden extraer datos concretos, hallándose en el territorio de Soto diversas monedas, cerámicas, medallas y otros restos arqueológicos. También se tiene constancia de que se construyó una fortaleza en la zona del Castillo de San Martín, lugar estratégico que servía para vigilar y defender el territorio de las incursiones por el Nalón de tropas enemigas. El castillo tal como se conoce actualmente debió ser construido o remodelado durante el reinado de Alfonso III, aunque también hay quien lo sitúa en tiempos de Alfonso I, y su finalidad era la misma que tenían de él los pueblos romanos, es decir, servía de protección contra las invasiones normandas.

Durante la edad media, el castillo de San Martín fue el principal centro del territorio hasta la fundación de la Puebla de Pravia. En el siglo XI se funda la iglesia de San Pedro de Soto donado al monasterio de San Vicente en Oviedo por el presbítero Geboldo. Otras donaciones efectuadas a entidades eclesiásticas son las siguientes: en 1180, de la Corona a favor de Menendo Menéndez, territorio comprendido en San Martín de Riberas; en 1220, varias tierras y heredades en el valle de Ranón a la Catedral de Oviedo. En 1360 y 1380, los Cotos de Ranón y de la Arena al monasterio de Cornellana, que los vendió en 1543 y en 1562 fueron vinculados por Gutierre de Miranda y Cienfuegos a favor de su hija Leonor.

El Castillo se convirtió durante esta etapa medieval en baluarte de luchas fratricidas como la de la sublevación del conde Alfonso Enriquez contra la casa Trastamara. En este periodo la fortaleza pasa a manos de la familia Quiñónes, hasta que en la época de los Reyes Católicos el corregidor Hernando de Veiga se hace con el título de alcalde de San Martín, sucediéndole en el cargo su hijo Juan de Vega. En 1565 el título pasa a manos de Bernaldo de Quirós, que lo ostenta hasta 1591. Ya en el siglo posterior el monarca nombra a Diego Miranda como administrador a perpetuidad de San Martín, teniendo la familia Mirandas el poder en los cotos de Muros, Ranón y San Martín.

El concejo de Soto perteneció hasta 1836 al municipio de Pravia, dentro del cual era el cuarto llamado de La Meruca. Eclesiásticamente pertenecía al arciprestazgo de Pravia de Aquençe. Así de este modo Soto forma ayuntamiento independiente el 29 de Diciembre de 1836, integrándose en su territorio los antiguos cotos señoriales.

Del siglo XVIII, se tiene constancia de la aparición en 1719-1720 de una peste que acabó con la vida de una cuarta parte de la población en la localidad de la Arena. Ya en tiempos más modernos, la vida económica del concejo sufre un gran despertar gracias a la actividad pesquera que tenía su epicentro en el puerto de La Arena, de la que se desprendió también un apogeo de la industria conservera. Está situación va a permanecer en continuo crecimiento hasta mitad del siglo XX en el que el sector presenta una crisis, y mucha mano de obra se dirige hacia la vecina Avilés. Hoy sin embargo la situación ha cambiado radicalmente, siendo la actividad turística y comercial la predominante en todo el concejo.
 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXIV













SOMIEDO.


El escudo del concejo está cuartelado. 

El 1º cuarto representa a una doncella con una corona de oro y que porta un distintivo en el pecho que nos muestra tres flores de lis. Esta representación guarda relación con la familia de Flórez 

El 2º cuarto nos muestra una banda de oro engolada en boca de dragantes, acompañado de tres armiños. Todo ello representa a otra de las familias poderosas de Somiedo, la Omaña. 

En el 3º vemos cinco bustos de mujeres y portando en sus manos una concha fijado sobre el pecho; Orlado con dos serpientes anudadas por las cabezas y las colas. Este cuarto tiene que ver con la familia de los Miranda, que también tuvieron su parte de poder en el territorio. 

En el 4º cuarto representa una banda de azur ribeteada de gules que atraviesa el cuarto diagonalmente de izquierda a derecha. De la parte superior sale un brazo en cuya mano aparece un báculo, flanqueado por dos flores de lis. En su parte inferior observamos una cruz de Santiago y una mitra. Este último cuarto representa al monasterio de Gúa. 


Al timbre corona del Príncipe de Asturias. 

Estas armas carecen de sanción legal, siendo tomadas de la representación que inventaron para el concejo los historiadores Bellmunt y Canella, en la realización de su obra "Asturias" y en el que cogieron para su realización los acontecimientos más destacados del municipio de Somiedo.


Reseña Histórica.



Los primeros vestigios históricos hallados en suelo de Somiedo se corresponden con la etapa de la edad del bronce, aunque se cree que ya en tiempos neolíticos el territorio fue colonizado. Fueron hallados varios asentamientos castreños en las proximidades de Trascastro y de la Pola, que se piensa fueron edificados por civilizaciones prerrománicas. Se ha encontrado en Gua y Coto de la Buena varios denarios ibéricos que datan del siglo I antes de Cristo.

Del paso de la romanización por el concejo quedan diversos topónimos, así como restos de calzadas y fortalezas estratégicamente situadas para su posición defensiva. Dentro de éstas tenemos el castro de Remonguila en las proximidades de La Riera, el castillo de Alba cerca de la Pola, o la fortaleza de Saliencia. Gracias al pueblo romano se mejoró y definió el antiguo trazado del paso a la meseta por el camín de La Mesa, de gran importancia posterior, tanto con la invasión musulmana como por la expansión del reino asturiano.

Durante la baja edad media cobra importancia el monasterio de Gua, perteneciente a la orden Cisterciense. Fue fundado por el rey Fernando II y su mujer Doña Urraca, que otorgaron más tarde a dicho monasterio el coto de Gua. Otras donaciones efectuadas a la iglesia Ovetense fueron el monasterio de Santa María de Lapedo, la iglesia de San Miguel de La Llera, el monasterio de Villanueva de Carzana o el de San Andrés de Cogega en Veigas.

En la media y alta edad media el concejo estuvo marcado por la gran influencia que el monasterio de Belmonte ejerció sobre él. Esta situación duró hasta que el monarca Alfonso X en su afán repoblatorio, concede la carta puebla al municipio, estableciéndose inicialmente en la Agüera de Belmonte, donde permanecería durante un tiempo hasta que se trasladó al actual emplazamiento de la Pola. En 1277 varias pueblas del occidente Astur, entre las que se encuentra Somiedo, se reúnen en La Espina y firman la carta de Hermandad que garantizará el orden en la zona. Durante el siglo XV el linaje de Quiñónez ejerció un poder sobre todas las tierras hasta que los Reyes Católicos en 1496 eliminaron todos sus privilegios para incorporar el concejo al realengo. A pesar de esto, en el siglo XVI los linajes Miranda, Flórez y Omaña ostentaron cierto poder en el concejo.

A lo largo de toda la edad media y la moderna Somiedo sufrió las disputas entre monasterios, familias, campesinado y población vaqueira por el control de la tierra, situación que acaba con la supresión en 1827 del régimen señorial, integrándose los cotos de Clavillas y Valcárcel, Gua y Caunedo y Aguino y Perlunes al territorio de Somiedo.

En la guerra de la Independencia Somiedo acogió en 1810, la retirada de las tropas defensoras asturianas que huían por culpa del avance de la armada francesa dirigida por el general Bonet. En las guerras Carlistas también se producen incursiones de tropas en el concejo. Ya en 1934 y en tiempos de la revolución el ejército se amotina durante un año en Somiedo, lugar estratégico entre los focos de Laciana y Grado. Al comenzar la Guerra Civil, el frente se estabiliza en El Puerto, hasta el día 25 de Octubre de 1.937, en que las tropas republicanas inician su retirada hacia Oviedo.

Por último, no queremos pasar el nacimiento en Somiedo de Álvaro Flórez Estrada, destacado economista y político, que fue una de las grandes figuras del movimiento de Ilustración que surgieron en Asturias.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXIII














SOBRESCOBIO.


Partido. Primero, en campo de sinople, una torre, de piedra, sobre ondas de azur y plata. En segundo, de oro, una Cruz de Santiago, de gules.


Reseña Histórica.



Los primeros hallazgos encontrados en Sobrescobio nos remontan a épocas prehistóricas, como lo demuestran los restos tumulares encontrados en el monte Comillera y del Cerro del Caón. De etapas posteriores se tiene constancia de la existencia de un castro en la zona, concretamente en La Corona de Castro, donde se aprovechaba la riqueza forestal y piscícola del municipio.

Dentro de la época de dominación romana, se sabe que estos entraron en el concejo por la ruta del Tarna con el fin de conquistar la región, construyendo en el mismo la fortaleza de Aceales, también conocido como el castillo de Villamorey. De dicha época proviene la denominación de Sobrescobio, que deriva de "super scolupum", que significa sobre el escobio o desfiladero y que hace referencia a la situación del concejo dentro de la cuenca del Nalón, tal como comentamos al inicio de la descripción del concejo.

La primera noticia documentada del concejo proviene de la donación efectuada por la dama Ildoncia en el año 980 al monasterio de Sahagún de una villa en el territorio de Submancia, valle de Flavania en el lugar de Aubiniana (Oviñana). En 1185, el monarca Fernando II cedió a la orden de Santiago el castillo de Sobrescobio con todas sus pertenencias y derechos. Varios fueron los encomendadores que rigieron el poder del concejo por gracia de la iglesia de Santiago, como Núñez Froilaz en el siglo XII y el poderoso Rodrigo Álvarez de Las Asturias en el siglo XIV, quien cedió el poder al hijo bastardo de Alfonso XI, Enrique II. Precisamente durante el reinado de Alfonso XI, en 1344, éste otorga la Carta Puebla al municipio estableciéndose el núcleo poblacional en el Coto de Oviñana.

En 1504, todavía bajo dependencia de la Orden de Santiago, el territorio adquiere la condición de Municipio. En 1528 las gentes de Sobrescobio protestan ante los representantes de la férula Santiaguesa porque personas de concejos limítrofes de realengo entraban en su territorio a dejar sus rebaños a pacer, cortar leña de sus árboles y apoderarse del poder piscícola. Así el monarca Felipe II pone en venta, mediante el sistema de pública subasta, el coto de Sobrescobio. Las gentes de Sobrescobio elegirían como representantes para tal subasta a D. Pedro Díaz del Prado y Diego Fernández de Ladines, siendo el sistema de subasta utilizado, realizar ofertas de compra mientras dure una vela encendida. El poderoso Pedro Solís, regidor de la ciudad de Oviedo, inicia con 600.000 maravedíes la primera puja, a la que van sucediéndose varias alzas en la oferta hasta llegar a los 800.000 maravedíes ofrecidos por el Señor Solís que hace enmudecer a la sala y pensar que esta sería la última oferta que se realizaría por el municipio, con lo que el terreno pasaría a depender de alguien nuevamente. Pero cuando la vela estaba llegando a fundirse definitivamente, representantes vecinales aumentaron en 10.000 maravedíes la oferta, negándose el Señor Solís a aceptar dicho resultado y apelando al rey, que en 1568 concede al municipio independencia y autonomía propia. Desde 1598 Sobrescobio forma parte de la Junta General del Principado, ocupando el asiento número 45 y perteneciendo al partido de la obispalía, que incluía a los concejos redimidos del poder eclesiástico.

Durante la Guerra de la Independencia, hay que destacar la entrada de las tropas del general Gómez por el puerto de Tarna, así como la lucha de las gentes de la zona contra las fuerzas del general Francés Bonet. Durante las contiendas carlistas, el municipio siempre se caracterizó por su lealtad a la causa constitucional.

La capital del concejo se mantuvo hasta el año 1929 en la pequeña localidad de La Polina, fecha en la que el ayuntamiento se traslada a su ubicación actual que corresponde a Rioseco. De las luchas revolucionarias del 34 así como de la guerra civil española, hay que decir que Sobrescobio no fue tierra de combates importantes, cayendo en manos franquistas en 1937. Las épocas posteriores caminaron entre la pérdida paulatina de la población, y la implantación, ya en nuestros días de un emergente y novedoso turismo rural, que puede hacer que el concejo crezca de manera considerable desde el punto de vista económico y social. 

jueves, 22 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXII












SIERO.

En el Campo de Sinople, una jarra amarilla con cinco flores de azucenas, igualmente amarillas, cimadas de una flor de lis blanca, ambas sobre esmalte de oro y, por orla, unas órdenes de veros en punta en gris y azul, jalonado de una corona principesca.

Reseña Histórica.

El territorio que actualmente ocupa Siero, estuvo habitado desde época paleolítica, como lo atestiguan diversos yacimientos prehistóricos encontrados en él. Aparece un grupo de cuatro túmulos en el Alto de la Mayá (Espinera) y otro grupo de tres en el "Cantu Negru" (Bobes). Otros yacimientos encontrados son: el conjunto lítico de Meres en Tiñana, el Yacimiento de "Regueru del Campón" en Argüelles, el yacimiento de Paredes en Lugones, y el conjunto lítico de Vallín en Limanes.

De la época comprendida entre la edad del bronce y la edad de hierro son los castros descubiertos en el concejo destacando el hallado en el Pico Castiello de La Collada que pertenece hoy al museo arqueológico de Asturias. Otros castros del concejo son los de La Canterona en Tiñana, el Cuito en Valdesoto, y la Torre y Monte Les Muries en Lugones.

La colonización romana deja distintas muestras en el municipio, como los puentes de Colloto, Bergueres, Lugones, y la Pola, el cual pasaba por el río Seco y que quedó totalmente destruido en el siglo XIX.

La primera referencia documental de Siero aparece en la edad media, aproximadamente en el año 905, en el que el monarca Alfonso III el Magno, dona a la basílica ovetense la Iglesia de Santa Maria de Tiñana, así como la de San Martín de Siero. En el año 967 se dona la iglesia de San Félix de Hevia.

Durante la edad media ,y al ser atravesado el concejo por la ruta conocida como Camino de la Costa, aparecen en el concejo varios hospitales y albergues para las personas que hacían la peregrinación, fundándose en el año 1141 un hospital en el lugar conocido como Río Seco. Otros centros hospitalarios del concejo son La Malatería de Marcenado en 1274 y la de La Paranza.

El siglo XIII va a ser un siglo muy decisivo en la historia del concejo, gracias a la implantación de una política repobladora encaminada a la concentración de la población rural, muy dispersa hasta entonces. Así en 1270 el rey Alfonso X El Sabio, concede la carta puebla “a los hombres de la tierra de Siero” fijando los límites territoriales, así como las cantidades de dinero a pagar al merino y al representante real, cantidades que no son satisfechas de manera inmediata por las gentes del concejo y que hace que el hijo del monarca Alfonso X, Sancho IV ceda el territorio a Oviedo en 1287, no volviendo a ser de sus habitantes hasta que Rodrigo Álvarez de Las Asturias consigue el señorío de Siero de manos de la reina regente María de Molina en 1310 y permite al pueblo la constitución del concejo. El establecimiento del núcleo urbano en Siero se estableció en la Alberguería de San Pedro. Con la donación de la carta puebla se donan al concejo parte de los territorios de Sariego, Noreña, Gijón, Villaviciosa, Langreo, Nava y Bimenes. El monarca Enrique II concede a las gentes de Siero un privilegio con importantes libertades en agradecimiento a su ayuda en las luchas contra Pedro I.
 
En 1504 se constituye formalmente el ayuntamiento de Siero. En 1827 se incorporan al concejo de Siero los Cotos y Jurisdicciones de Noreña que más tarde se disgregó y formo municipio independiente, Marcenado con ayuntamiento en 1744, de cuyo coto fueron dueños los Marqueses de Santa Cruz de Marcenado. También La Paranza y Arenas. Además en el territorio de Siero se incluían los cotos de Mieres de Limanes, de Valdesoto y el de Tiraña.

A principios del Siglo XIX el concejo de Siero soporta la invasión francesa. En mayo de 1808 Siero interviene en el triunfo de la causa de Asturias contra las tropas francesas ya que en Siero existían unas tropas dirigidas por el Alférez Mayor Don Ramón García Bernardo. Siero es invadida por Francia en mayo de 1809 por las tropas del general Kellerman. Una segunda invasión francesa tiene lugar en enero de 1810 al mando del general Bonet, ocupando nuevamente la capital del concejo en 1811, hasta junio de 1812 fecha en la que abandonaron Asturias.

Durante el siglo XX se produce un movimiento migratorio a América en busca de mejoras económicas, causas que consiguieron y que ayudaron al despegue industrial del concejo. En la década de los 30 tiene lugar la contienda civil española sumiéndose la población en una depresión de la que se iría recuperando poco a poco hasta hacer de Siero uno de los concejos más importantes de Asturias.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXI


SARIEGO.

Escudo partido. En el primer cuartel, un jarrón con flores y bordura componada de catorce piezas de vero y catorce de esmalte. 2º, está cuartelado: 1º y 3º, un castillo; 2º y 4º podemos ver tres piezas de veros de azur y plata. El segundo representa las armas de Vigil de Quiñónes, antiguos alfereres mayores del concejo.

Reseña Histórica.

No se han podido encontrar vestigios históricos que prueben la existencia de vida humana en el concejo durante tiempos prehistóricos ni románicos, ni visigodos, aunque se tienen indicios de un asentamiento romano en el territorio, hecho este no demostrado por falta de pruebas arquitectónicas, epigráficas o numismáticas.

La primera noticia documental que se tiene del concejo nos viene del año 996 d.C., en el que el monarca Bermudo II y su esposa Elvira ceden varias posesiones de Sariego al monasterio de San Pelayo en Oviedo. Este hecho queda conmemorado el día 14 de marzo de 1996 con una placa sita en la Fuente Pozu Salau, que dice: "conmemoración milenario donación del valle de Sariego por el rey Bermudo II al Real Monasterio de San Pelayo de Oviedo". En la alta edad media, hay profesionales que colocan a Sariego dentro del territorio del Maliayo (Villaviciosa), y otras personas lo incluyen en el de Siero. En el 1076 Bronildi García hace una donación que incluye la iglesia de Santa María, aunque no se sabe exactamente si se trata de la de Sariego o de una muy próxima que tenía el mismo nombre. En el año 1200 el rey Alfonso IX cede tierras y posesiones del concejo al recientemente fundado monasterio de Valdediós.

Durante el siglo XIII las luchas entre las gentes de las aldeas de Sariego y los poderes monacales se convirtieron en frecuentes, llegando a tal punto que el rey Alfonso X había concedido al pueblo el privilegio de poder organizarse en concejo, ante lo que los monasterios de San Pelayo en Oviedo y Valdediós en Villaviciosa se rebelaron y consiguieron hacer que el rey cambiase de actitud no otorgándoles tal privilegio.

Era Sariego lugar de paso dentro del camino de peregrinación de Santiago, cruzando el territorio el itinerario llamado "camino francés". Al concejo llegaban caminantes que, después de dejar Valdediós, seguían camino posteriormente por Siero y Oviedo. Se cree que tuvo que haber un hospital para atender y hospedar a estas personas que hacían la peregrinación. Se suele señalar como primera capital del concejo a Moral, tal como sostiene Jovellanos en su colección de Asturias.

Al constituirse la Junta General del Principado, Sariego participa en ella como municipio de realengo con procurador propio y voto en la misma. Durante la Edad Media el concejo cuenta con un alférez mayor, regidores y dos jueces. Durante esta época el control del valle fue ejercido por la familia Vigil-Quiñones cuyo escudo de armas se puede observar en el Palacio de Moral.

En los principios del siglo XIX, concretamente en la guerra de la Independencia, Sariego fue lugar de paso de las tropas francesas, estando las guerrillas asturianas escondidas por sus laderas y los rincones montañosos desde donde atacaban a dichas tropas invasoras. Acabada la contienda se empieza a producir un movimiento migratorio a tierras de ultramar que duraría varios años. Ya en el siglo XX la reseña histórica más destacada es la contienda Civil española, que deprimió a las gentes como en el resto del país. En dicha contienda en el municipio quedó habilitado un pequeño campo de aviación republicano.

martes, 20 de septiembre de 2011

Invitación



Hoy quiero dedicar la entrada del Blog a dar a conocer el próximo evento del Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXX











SANTO ADRIANO.

El escudo de Santo Adriano nos muestra sobre un campo de gules la cruz episcopal de los antiguos señoríos del territorio coronando un árbol en el que aparece una cabra a sus pies y otra en actitud de salto. A los flancos y encima de la Cruz podemos observar cinco veneras de plata. Al timbre la corona real, cerrada. Este emblema toma como referencia el que para el concejo hicieron los historiadores Bellmunt y Canella para la realización de su obra "Asturias", en el que representan los escudos municipales tomando como referencia las cosas más representativas, a su manera de ver, del concejo tratado, con la diferencia que aquí aparece mucho más simplificado, al quitarle el cuartel de las armas obispales.

Reseña Histórica.

Las primeras muestras de vida humana en el concejo datan de la época paleolítica, tal como se demostró con los hallazgos de la cueva del Fornu o del Conde, localizada en las proximidades de Tuñón. De las excavaciones realizadas en ella se extrajeron datos y huesos pertenecientes al periodo mustariense, del paleolítico medio y asociado al neandertal. La cueva también nos ofrece testimonios de la primera etapa del paleolítico superior: el Auriñaciense, siendo de esta etapa las azagayas encontradas por el Conde de la Vega del Sella en su excavación. También son descubiertas muestras del arte parietal. Otras cuevas han sido halladas en estos últimos años, como son la Cueva del Ángel, encontrándose material lítico y óseo del paleolítico superior. Y el Abrigo de Santo Adriano, donde fueron halladas en sus paredes alrededor de 30 representaciones pictóricas de animales (ciervos y bóvidos).

De la etapa neolítica no se ha podido encontrar nada en el concejo, pero se intuye que también haya sido habitada esta tierra, ya que varios concejos vecinos contienen muestras megalíticas importantes. Dentro de las fortificaciones y asentamientos en forma de castros se han encontrado en territorio de Santo Adriano dos, uno en el pico Constancio en Les Caranges, y otro en el Collaín en Tenebréu. No obstante, al no ser excavados aun, no es posible precisar a que etapa cronológica pertenece, pudiendo ser de la edad del hierro o de la época romana.

En la etapa de la monarquía Asturiana ya se empieza a tener un referente histórico importante. La Iglesia de Santo Adriano en Tuñón tiene un origen prerrománico, y se cree que fue fundada en el año 891 bajo el amparo del rey Alfonso III el Magno y su esposa Doña Jimena, estando presente en el acto los obispos de Oviedo, Coimbra, Iria y Astorga. No obstante, son varias las dudas que recaen en este acontecimiento, dudándose de su autenticidad ya que el documento había salido del obispo Pelayo, cuya obra más conocida era la falsificación de datos.

El levantamiento en contra del monarca Alfonso VII en el siglo XII, protagonizado por el conde Gonzalo Peláez, en toda la zona del valle del Turbia también tiene su incidencia en el territorio municipal, al amotinarse éste en un castillo del concejo, concretamente en el de Buanga.

En el siglo XIII, es cuando podemos hablar sin ningún tipo de dudas de la historia del monasterio de Santo Adriano en Tuñón. Toda la etapa bajomedieval está relacionada con la influencia en la vida del concejo, de la dependencia obispal de Oviedo, que tenía el control sobre la zona, nombrando para controlar la zona, a parte de la nobleza que se encargaba de mantener el orden y preservar los bienes obispales. Uno de estos nobles que se encargaría de cuidar la tierra sería Gonzalo Bernaldo de Quirós, al que nombraría el obispo Alfonso Peláez.
 
Como ocurrió con todos los bienes de la mitra ovetense, la desamortización llevada a cabo por el monarca Felipe II bajo gracia Papal, produjo la venta al pueblo de todos los bienes en poder de la iglesia, formando Santo Adriano ayuntamiento independiente y con jurisdicción propia en el año 1589 y nombrando como capital del mismo a la localidad de Villanueva, que todavía perdura en la actualidad.
 
A finales del siglo XVIII, el concejo sufre un incendio devastador que destruye gran parte de Villanueva y la vecina Proaza. El siglo XIX es importante para la vida del concejo, ya que tiene lugar una reorganización territorial, al integrase los cotos jurisdiccionales en los concejos. De este modo el coto de Llinares se integra en Proaza, el de Las Morteras en Ribera de Arriba y el de Llavares, pasa a formar parte de Santo Adriano. En 1859 las localidades de Proacina y Caranga que pertenecían al concejo, se unen a Proaza. Ya en el siglo XX San Adrianu´l Monte, muy unido al monasterio pasa a depender del concejo de Grado. En este sigo XX la ausencia de una industria fuerte y competitiva en la zona, hace que se produzcan unas salidas migratorias hacia los centros industriales de la región y de Europa, que afecta a la vida social de Santo Adriano.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXIX











SANTA EULALIA DE OSCOS.

Su escudo es cuarteado en cruz. El primer cuartel, en campo de azur, representa la Cruz de los Ángeles, en relación a su dependencia obispal durante siglos. El segundo cuartel en gules, nos muestra un castillo de piedra del que sale un cuervo negro surmontado por el cuerno de la abundancia. Flanqueando el castillo vemos dos espigas de oro. Este cuartel simboliza el poder del concejo de Castropol. El tercer cuartel, partida a su vez. En la primera parte, nos muestra, en gules, dos palos de armiños. La segunda parte, en plata, representa un castillo de piedra sobre ondas flluivales. El cuarto cuartel, nos enseña dos coronas de oro (de marquesado y de condado) y una rueda dentada sobre un pico y una pala aspados. La parte de abajo del escudo hace referencia a la familia Ibáñez, creadora de industria en el territorio.
Este escudo fue inventado por los historiadores Bellmunt y Canella para la realización de su famosa obra "Asturias", careciendo actualmente de sanción legal alguna.


Reseña Histórica.


La historia de Santa Eulalia presenta, en sus comienzos, las mismas características que las de los otros dos concejos del territorio de los Oscos, San Martín y Villanueva, hasta 1154, y en común con el de San Martín, hasta 1584, en el que ambos concejos logran la independencia de la Iglesia ovetense.

Los primeros restos primitivos encontrados pertenecen a la etapa neolítica, destacándose los hallazgos encontrados en varias zonas como Brañavella, El Chao La Granda en Murias y que se corresponden con campos tumulares o mamoas. También aparecen en el concejo diversos asentamientos de naturaleza castreña en Lineras, en el cortín de Mouros en Brañavella y en Ferreira. Estos castros nos muestran un marcado carácter defensivo.

La presencia de diversos materiales como el hierro y el oro atrajeron a estos lares al pueblo romano, tan dado a estas aventuras, y que nos han dejado en el suelo del concejo útiles de los antiguos trabajos romanos de extracción y fundición: herramientas mineras y monedas en las proximidades del río Agüeira. La zona de Santa Eulalia quedó encuadrada durante esta etapa histórica en lo que denominaban "conventus lucensis".
 
En la época medieval el concejo de Santa Eulalia conjuntamente con San Martín perteneció, al concejo episcopal de Castropol, por causa de una cesión realizada por el monarca Alfonso VII en 1154 a la iglesia de Oviedo. Los alcaldes episcopales de ambos concejos se presentaban a las juntas castropolenses en el campo de Tablado.

En 1583, el entonces apoderado del monarca Felipe II, Don Juan de Grijalva, se traslada hasta Castropol y comenta a los alcaldes obispales la situación que va a suceder y que consistiría en la venta de los territorios dependientes de la obispalía para obtener ingresos que palien los gastos originados por las sucesivas contiendas en las que participaba el reino de España. Es en 1584 cuando se negocia la compra de los terrenos por parte de la gente del pueblo, ejerciendo de representantes de Santa Eulalia, Bartolomé de Bayona Serna y Pedro López. Por fin el concejo pasa a ser independiente administrativamente consiguiendo jurisdicción propia y libre organización concejil. Felipe V intenta sin éxito exigir el pago a las gentes de Santa Eulalia, revisando la orden de venta, que se negaron, ya que se amparaban en el acuerdo realizado con el monarca Felipe II.
 
Ya en el siglo XIX, la guerra de la Independencia tuvo su repercusión en la zona, al proporcionar el concejo varios de sus jóvenes a las tropas de Castropol para luchar contra la invasión francesa. Del siglo XX hay que mencionar que Santa Eulalia cosecha su cota histórica de población en la década de 50 con 1903 habitantes, cifra que iría cayendo últimamente, por causa sobre todo de la migración.

martes, 13 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXVIII







SAN TIRSO DE ABRES.

Escudo cuartelado. El primer cuartel, nos muestra, sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles, en clara representación de su dependencia de la mitra Ovetense. El segundo cuartel, en campo de gules nos muestra un castillo almenado del que sale un águila surmontado del cuerno de la abundancia y que se refiere a la antigua pertenencia a Castropol. El tercer cuartel, aparece una cabeza de lobo con la boca abierta (en otros aparece la cabeza ensangrentada) y representa al señorío de Altamira. El cuarto cuartel nos muestra, sobre campo de azur, un brazo de monje que sostiene un báculo de oro flanqueado por dos flores de lis. En la parte inferior representa una cruz y una mitra de oro. Este cuarto se refiere al monasterio de Meira.

Reseña Histórica.

Los primeros vestigios históricos hallados en el concejo, pertenecen al paleolítico, encontrándose una necrópolis tumular de O Couzogordo en la Xunqueira en el límite con el vecino concejo de Taramundi. Es la única zona de toda la comarca donde se han encontrado restos tan antiguos.

La presencia romana en la zona se deja sentir por mediación de las explotaciones mineras de hierro y las auríferas. En el primer aspecto, prácticamente no existe ladera sin explorar, siendo las más aprovechadas las localizadas encima de San Andrés, con una mina (Salgueiro) de varias galerías unidas entre sí. En lo referente al oro, en As Cárcovas, en las proximidades de Salcido, se encontraron vestigios importantes. Sin embargo, el hallazgo más importante de la época romana es la presencia de tres asentamientos castreños en el concejo y que son: El Croas de Castro, orientado a labores agrícolas. El Croas de Eilale, relacionado con las explotaciones mineras de Salgueiro, y el Castro de Salcido, dedicado a labores extractivas y de transformación, que cuenta con una pequeña escalera de pizarra que da acceso a una acrópolis y un recinto amurallado de más de tres metros de grosor.

San Tirso forma parte de la donación efectuada por Alfonso VII a la iglesia de Oviedo, pero en 1172 el Monasterio de Meira, situado en Galicia, consigue la mitad del territorio. Aprovechando las buenas condiciones de las vegas del concejo, el monasterio instaló tres granxas o unidades integrales de explotación agrícola en O Chao, A Pumarega y A Brea. En 1537 el conde de Altamira, Don Lope Moscoso, compra el coto por 672.000 maravedíes, aunque no se incluyó la parte del monasterio de Meira.

En 1579 Felipe II necesitado de ingresos para paliar los gastos ocasionados por las guerras, obtiene, con la bendición del Papa Benedicto, el privilegio de vender o incorporar a la Corona los señoríos eclesiásticos, y entre ellos este territorio, lo que aprovecharían las gentes de San Tirso de Abres para adquirirlo, expidiéndose título de villa y cédula de jurisdicción. El pueblo ejercía su jurisdicción nombrando jueces y regidores, sin embargo, esta jurisdicción quedó compartida con el monasterio de Meira y con el conde de Altamira, algo que se aprecia en las percepciones diezmales. San Tirso obtiene representación en la Junta General del Principado a través del partido de la obispalía, cediendo todo el protagonismo a Castropol, que ejercía de cabeza del mismo.

El siglo XIX, ve como se implanta la industria en el concejo con la puesta en marcha de un telar que crea trabajo de venta ambulante. De la guerra de la Independencia no se tienen referencias claras en el concejo, así como tampoco las hay de las batallas Carlistas. En los tramos finales del siglo la emigración a ultramar hace peligrar la estructura demográfica en el territorio, siendo la construcción del ferrocarril minero en 1896 el efecto amortiguador de la misma.

A principios del siglo XX se proyecta en la capital la instalación de una industria óptica, finalmente desechada por culpa de la contienda Civil Española. Durante los últimos tiempos nuevamente empiezan a aparecer movimientos migratorios, aunque esta vez hacia el centro de la región y Europa, que hacen descender peligrosamente la población, modificando la estructura social del concejo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXVII














SAN MARTÍN DEL REY AURELIO.


Escudo cuartelado. En el primer cuartel, sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles. El segundo cuartel, representa, en campo de sinople a diez celadas de plata. En el tercer cuartel, en gules tenemos a la diestra una cripta fúnebre de plata y una corona real de oro en honor del Rey Aurelio del que toma nombre el concejo. En el cuarto cuartel, observamos sobre un campo de azur, una rueda dentada sobre un pico y una pala de oro que simbolizan el trabajo, actividad que está muy unida a la vida del concejo, sobre todo la minería.


Reseña Histórica.



San Martín del Rey Aurelio, se constituye en concejo en 1837, aunque el territorio que forma el término municipal posee vestigios de estar habitado desde tiempos muy antiguos.

Los primeros hallazgos que nos muestran la presencia de vida en el concejo se encuentran en el cordal que separa el valle del Nalón del de L´Agüeria de Carrocera, y es un dolmen erigido en el III milenio antes de Cristo en la Campa L'Españal, entre La Casilla y La Campeta. En esta misma zona, concretamente en Los Cuetos, existen unos grabados rupestres esquemáticos, varios túmulos funerarios, así como una piedra grabada y tres estelas discoideas. Estos restos, junto con el hacha de piedra tallada procedente de La Oscura (El Entrego) y que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional, nos confirman la presencia de tribus en el concejo ya en la prehistoria. De final de la edad del bronce o comienzos de la de hierro, fue hallada en las proximidades de Sotrondio un hacha del tipo de talón con dos asas.

Los restos de castros descubiertos en el concejo y en zonas limítrofes, así como la existencia de una calzada romana que, proveniente del puerto de Tarna, atravesaba el concejo, nos indican la presencia humana durante las etapas visigodas y romanas.

Hay que esperar a la Alta Edad Media, concretamente en la época del Reino Asturiano, para encontrar nuevo testimonios, en este caso escritos, del asentamiento de personas en S.M.R.A., en los que el Rey Aurelio, quinto monarca del reciente Reino Astur, trasladó la corte entre los años 768 y 774 al actual lugar de San Martín. Durante esta etapa existen en el concejo nobles denominados infanzones ligados a este territorio y que en aquellos tiempos formaba parte de Langreo.

En el año 1075 el Rey Alfonso VI dona a la iglesia de San Salvador de Oviedo su jurisdicción de Langreo, entre la que se incluye el actual término de San Martín. Los infanzones se oponen a esta donación y pleitean con el Rey, pierde la nobleza y pasa el concejo a depender de la mitra Ovetense. Sin embargo, aquélla siguió disfrutando de los terrenos emparentando más tarde con otros linajes como Bernaldo de Quirós, Jove, Miranda..., quedando diversas casonas y escudos que corroboran estos hechos.

En el documento que recoge la "confederación en jura", realizada en el Monasterio de la Vega (Oviedo), en 1367, por varios concejos asturianos para defender la causa de Pedro I contra su hermano bastardo Enrique de Trastámara, aparece la firma de un descendiente de los infanzones, Don Pedro Peláez de Sanfrechoso. En el año 1388, gracias a un convenio efectuado entre el Obispo de Oviedo con las gentes del Alfoz de Langreo, se les otorga un permiso para fundar una puebla regida por el fuero de Benavente, apareciendo nombrado como "San Martín del Rey Orellán". No obstante, las personas del valle siguen perteneciendo a la obispalía hasta que en el año 1581 compran su redención al Rey Felipe II, pasando a convertirse en concejo de realengo con derecho a enviar representantes a la Junta General del Principado, en la que ocuparon el asiento número 42.

Durante la guerra de la Independencia de comienzos del siglo XIX, las tropas francesas queman y destruyen la casa de la familia García Bernaldo, como represalia a la muerte de uno de sus soldados. Poco después tras el pronunciamiento de Riego en 1820, al amparo de las disposiciones relativas a Municipios contenidas en la Constitución de Cádiz de 1812, los pueblos de San Martín piden y obtienen del gobierno de la Nación su independencia del concejo de Langreo, pasando a constituirse en Ayuntamiento. Sin embargo, la reacción absolutista de 1823 lo reintegra de nuevo al municipio al que secularmente había estado unido hasta que, gracias al apoyo de las tropas carlistas a la reina Isabel II, se establece como concejo independiente, con capital en la localidad de Sotrondio, San Martín del Rey Aurelio.

El siglo XX estuvo marcado por la proclamación de la republica y la guerra Civil española, que asoló el territorio y que hizo que el concejo pasara por momentos difíciles, que poco a poco se irían pasando, y gracias a la producción minera que convirtió al concejo en uno de los más poblados de Asturias.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXVI












SAN MARTIN DE OSCOS.

El escudo concejil toma la representación que hacen de él los historiadores Bellmunt y Canella para la realización de su obra "Asturias", en la que recogen lo más característico de cada municipio.
Su escudo es medio partido y cortado. El primer cuartel partido, representa sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles, como consecuencia de la dependencia obispal de su territorio. El segundo cuartel partido, en gules, nos muestra una torre de la que sale un águila negra coronada por el cuerno de la abundancia, flanqueado todo ello por dos espigas a sus lados. Esto simboliza el poder ejercido sobre el territorio por el concejo de Castropol. En el tercer cortado, observamos un guerrero que posee una espada en su mano derecha. En el centro aflora un árbol flanqueado por dos animales afrontados, y a su planta dos espadas colocadas en forma de aspas. También podemos ver en su zona siniestra como sale un brazo que empuña un sable. Este último cuarto representa la noble familia Mon. Actualmente el escudo carece de cualquier sanción legal.


Reseña Histórica.

La historia del concejo de San Martín de Oscos presenta los mismos rasgos que los otros de la zona de los Oscos en la época prehistórica y la edad antigua y moderna hasta 1154, presentando una historia común con Santa Eulalia hasta el momento de la emancipación episcopal en 1584.

La primera presencia humana en territorio de San Martín se remonta al periodo neolítico, como así podemos aventurar gracias a los restos tumulares encontrados en Os Pedrousos (Teixeira). Así mismo aparecieron restos de antiguas explotaciones mineras en Arruñada, Piorno, Covas del Resalao, y los valles del Sotuelo y el Ahío.

Dentro de la edificación castreña hay que destacar los hallados en San Isidro y el Pico de la Mina, cerca de Bousoño situados ambos en zonas elevadas y con un claro motivo defensivo, encontrándose fosos, murallas y losas hincadas que demuestran lo anteriormente dicho. En relación con esta cultura, se encontró en Valderreixe una diadema realizada en oro y que es la diadema de San Martín de Oscos.

La existencia de minerales también atrajo a esta zona a gentes diversas con el fin de explotar sus minas, encontrándose en Tabladas y en la ribera del río Santalla restos de trabajos romanos relacionados con la fundición como los crisoles de piedra y los conos de escorias.
 
Durante la etapa medieval el concejo de San Martín conjuntamente con Santa Eulalia perteneció, gracias a la cesión realizada por el monarca Alfonso VII en 1154 a la iglesia de Oviedo, al gran concejo episcopal de Castropol. Los alcaldes episcopales de ambos concejos se presentaban a las juntas castropolenses en el campo de Tablado.

Esta situación de dependencia de la mitra continúa hasta 1584, año en el que gracias a la desamortización producida bajo mandato de Felipe II, y con la autorización del Papa Benedicto XIII, sus habitantes compran el territorio organizándose como municipio independiente y autónomo. Esta desamortización fue realizada por los gastos originados por las sucesivas guerras en las que estaba presente el reino español y que hicieron posible, gracias a la autorización Papal, la venta de los terrenos obispales a la gente del pueblo. El expediente de libertad comenzó en 1583, siendo un año más tarde cuando finaliza, alcanzándose entonces el título de villa.
 
De las épocas más actuales, hay que destacar la presencia en la guerra de la Independencia de numerosos “mozos” de los Oscos que se unieron a las tropas de Castropol, que se caracterizaron por su especial bravura y lucha por su territorio. En el siglo XX, al igual que el resto del Principado y del Estado, la guerra Civil asola el territorio, viviéndose situaciones difíciles, aunque hoy permanecen ya en el olvido.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXV














SALAS.


Escudo cuartelado.1º, castillo de piedra sumado de un león, acompañado de tres veneras de plata, una a cada lado y otra en punta (armas de Salas). En 2º, un león sujetando un báculo adiestrado de un castillo, acompañado en punta de dos columnas, de oro, puestas en aspa. 3º, armas de Miranda. 4º, armas de Valdés. Al timbre la corona del Príncipe de Asturias.


Reseña Histórica:



Los primeros indicios que muestran la existencia de vida humana en el concejo corresponden al periodo megalítico, siendo manifestada su existencia en varios lugares con formaciones de necrópolis tumulares. Son de destacar los túmulos de la sierra de las Traviesas en Lleiguazo, el túmulo de Terra Riba en Cermoño, la necrópolis de san Juan en Mallecina y la necrópolis de Pena Ausen en el alto de Carrales. De la edad del bronce se descubren diversos utensilios como un hacha plana de bronce encontrada en el Regueru Secu (Figares), y las hachas de talón y anillas de Álava y Malleza.

De los asentamientos y fortificados castrenses, se tiene constancia de varios de ellos en Casazorrina, Álava, Láneo, Linares, Priero, Godán, Santiago de la Barca y Soto de los Infantes. Ninguno de ellos ha sufrido un estudio arqueológico que nos demuestre la época a la que pertenecieron.

La ocupación romana deja varias muestras en el concejo, siendo importantes las numerosas explotaciones auríferas que encauzan y procesan la materia principal en la extracción. Destacan las minas de la Driosa, Godán, Sobaciella, las Novares, Millera, y el Mouro. También son destacables los canales de La Bouga, el estanque de Les Muelles y los canales de los remoleiros. En la localidad de Ablanedo apareció una lápida que contenía la inscripción romana de: "aquí yace Flavio Cabarco, hijo de Auledo y de Caya, de la tribu o la familia de Beriso fallecido a los XV años de edad."

La primera noticia documentada de Salas, corresponde a la época medieval y en ella se hace referencia de una donación efectuada por el príncipe Gonzalo en el año 896 al obispado Ovetense, cediéndole varios bienes entre los que se encontraba la iglesia de San Martín. Fruela II cede en el 912 la Villa Azeliana en Salas y Anonaya y en el 1006 la reina Velasquita cede el monasterio de San Martín de Salas.

Del año 1024 data la fundación de un monasterio que estaría ligado estrechamente con el concejo. Se trata del monasterio de San Salvador de Cornellana, construido por orden de la infanta Cristina y que sería cedido en el año 1122 por el conde Suero Bermúdez y su esposa Enderquina a la orden de Cluny. El 21 de Julio de dicho año Alfonso VII concede y delimita el coto del monasterio, de cuya jurisdicción va a depender la población, pasando al municipio independiente de Salas en 1827.

La villa de Salas aparece en fuentes documentales asociadas al río que fluye por sus tierras, conociéndose como Salas de Nonaya. Salas fue poblándose poco a poco llegando a conseguir en 1277 la carta puebla por obra y gracia de Alfonso X, instituyéndose la villa y el concejo de Salas. El núcleo generador de la puebla lo constituía un castillo donado por la reina Urraca en 1120 al Conde Suero. Esta concesión de puebla acarreará varios conflictos con el coto monacal de San salvador de Cornellana.

En 1277 Salas ya ejerce vida municipal firmando la carta de hermandad con los concejos de Avilés, Pravia, Grado, Somiedo, Valdés, Tineo, Cangas y Allande, teniendo este acontecimiento lugar en La Espina. Dentro de los límites del concejo figuraron los cotos de San Salvador, el de Linares, el de Soto de los Infantes y el de Labio, coto éste último, que formalizó ayuntamiento propio desde 1580 a 1827.

A finales del siglo XV nace una nueva hermandad formada por los concejos de Grado, Pravia, Salas, Valdés y Miranda, que solicitan a los monarcas el reconocimiento de una personalidad jurídica unitaria. Estos concejos estarían más tarde unidos en el mismo partido dentro de la junta general del Principado. En las juntas anteriores a la formación del Principado de Asturias, Salas estuvo representada en ellas por mediación de Pedro Díaz de Salas y García Fernández de Doriga. A partir de 1594 la representación del concejo viene dada por las familias Doriga y Malleza que acabarían entroncándose en un mismo linaje.

El concejo siempre fue lugar de paso obligado en las peregrinaciones a Santiago por su recorrido interior, lo que hizo que en el territorio hubiese hospitales para atender a estas personas, resultando de cierta importancia los de Cornellana, Salas y La Espina.

Uno de los acontecimientos más importantes para el concejo en el siglo XIX, fue la desaparición en 1827 del coto monacal de San Salvador de Cornellana, abandonando los monjes el recinto en 1835 y convirtiéndose la iglesia en parroquial. De este siglo es también la guerra de la Independencia siendo ocupado Salas primeramente por tropas del mariscal Ney en 1809. Dos años más tarde al ocupar el General francés Bonet la ciudad de Oviedo, se instaló en Salas el cuartel general del ejército asturiano. En las luchas Carlistas hay que destacar la derrota sufrida en 1836 en el concejo de la partida carlista de Pablo Sanz.

El siglo XX viene marcado por la contienda Civil española, que influye negativamente, como en el resto del estado, en la sociedad civil. También aparecen fuertes migraciones que hace que la población vaya en descenso poco a poco.