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viernes, 6 de mayo de 2011

Concejos Asturianos XIII











CARAVIA.

Cortado y medio partido. Primera cuartel cortado: la Cruz de los Ángeles de oro y piedras preciosas acompañada de dos ángeles vestidos y alados. Segundo cuartel medio partido: un sol que son las armas de Cutre. Tercer cuartel partido y dividido en dos: en la primera parte un águila de sable y en la segunda parte una torre de piedra natural. Al timbre corona del Príncipe de Asturias.

Reseña Histórica.


Los primeros restos son del Paleolítico, que se encuentran en la cueva del Bayo y los abrigos de Les Vaques. El Neolítico y la Edad de Bronce, están muy representados por sus estructuras tumulares de la Tuerba y La Viciella. Ésta es la única que tiene una cámara pétrea que es llamado, el dolmen de la Viciella. A esta época corresponde el hacha de piedra pulimentada con huellas de uso, todos estos restos se encuentran cerca de un corredor natural muy utilizado en épocas posteriores que se llama Camín Real o camino de la costa.

De la Edad de Hierro, es su famoso yacimiento El Picu´l Castru, también conocido como el Castro de Caravia, con una magnifica situación geoestratégica, el recinto castrense estaba rodeado por una gran muralla y en su interior estaban las viviendas, encontrándose gran cantidad de utillaje. Se da a esta zona una edad cronológica que va del IV hasta el I antes de Cristo, no llegando nunca a ser romanizado el castro.

En el periodo de Romanización, sólo hay un pequeño resto de una estela, pero no hay acuerdo en datarla como románica o anterior.

En la época Alto Medieval, ya hay fuentes escritas que hacen referencia a este espacio, pero dentro de la unidad geo-administrativa de Colunga. Pero el germen diferenciador de Caravia dentro de las tierras de Colunga, sería el monasterio de Santiago, situado en el Ríu los Romeros y fundado por el conde Munia Roderici apodado el Can, y del que son conocidas sus disputas con el presbítero Gevoldo. Hay otros documentos más tardíos en los que Fernando II, dona al monasterio de Santiago de Caravia a la influyente iglesia de Oviedo, este mismo documento indica la pertenencia de Caravia al territorio Colungues. No fue hasta Alfonso IX, que fue quien hizo libre al coto del monasterio de Santiago de Caravia, con todos sus “bienes y hombres” donándolo a la Mitra Ovetense, a cambio de unos terrenos que esta tenia en el actual Ribadesella.

En la Baja Edad Media ya aparecía el territorio de Caravia como un valle independiente de las tierras de Colunga, teniendo a partir de esta etapa, pocas noticias de la vida de esta comarca, creyéndose que a finales del siglo XVI el monasterio estuviera en ruinas no pudiendo encontrar documentación que nos sirva.

En la época Moderna, se desconoce como se desvinculó este concejo de la Mitra Ovetense, pero sí se tiene constancia que en el siglo XVI, el municipio cayó bajo la injerencia de las principales familias: Catre, Ruiz de Junco, Cangas, etc, hasta el siglo XVII, en que los cargos pasan a ser desempeñados libremente.

La segunda mitad del siglo XVIII, trae una serie de novedades y avances como fue la concedida por la Junta del Principado a los concejos de Caravia y Parres, para las obras de abrir el paso del Fitu, en esta época también recibió su nuevo ordenamiento municipal.

La Edad Moderna, se inicia con la guerra de la Independencia que no tuvo hechos destacables, solamente las sucesivas invasiones y la labor guerrillera de las gentes del lugar. Con las reformas administrativas liberales, estuvo a punto de ser incluido en tierras de Colunga pero el ayuntamiento y sus habitantes remitieron una carta a la reina luchando por su independencia, cosa que lograron.

En el siglo XX, y durante la Guerra Civil, este concejo queda inmerso en la zona republicana, hasta que las tropas nacionales cruzaron la región, rompiendo la resistencia miliciana del cinturón del Sella. Este siglo estuvo marcado por las explotaciones del espato flúor que convierte a Caravia en un centro receptor de emigrantes hasta el cierre de las minas en la década de los ochenta. Así pues, este concejo tuvo que plantearse una nueva conversión económica, intensificando su sector ganadero y explotando un nuevo sector, el turístico, en el que quien lo visita disfruta de las dos características más importante del panorama Asturiano, mar y montaña.