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martes, 14 de junio de 2011

Concejos Asturianos XXXVII












MORCÍN.

En campo de gules, la Cruz de los Ángeles, de oro y piedras preciosas, y en cada hueco, una flor de lis de oro.

Reseña Histórica.

Sus primeras muestras de presencia humana son restos del Paleolítico inferior y Medio, encontrándose restos de la cultura achelense en la zona del Pico Castiellu. Del Paleolítico superior hay que destacar una cabeza humana que más que esculpida está acondicionada sobre un canto de cuarcita.

De época de los metales cuenta con media docena de túmulos entre los que destacaremos Monsacro, Yofren y La Forca, también tiene restos castreños pero sin excavar como el Pico Llera.

De su periodo romano, han aparecido alguna estela, monedas y restos de minas pero se duda de su autenticidad.

En el periodo del reino Astur, cuenta con un relato legendario que relata el traslado en el siglo XIII de las reliquias que se custodiaban en San Salvador traídas desde Toledo, donde habían llegado procedentes de Jerusalén. Empezamos a encontrar documentación a partir del siglo X, así hay diferentes donaciones a la iglesia de Oviedo de tierras de este concejo, destacando donaciones como la que hizo la viuda del conde Gundemaro Piniolizo o las hechas por la reina Urraca de la villa de Argame a la iglesia de Oviedo. Hasta el siglo XII, no encontramos la primera referencia a Morcín, pero es de suponer que por esta fecha tuviera un carácter globalizador, que debía de ser parte de la extensa jurisdicción que la Mitra ovetense poseía en Asturias.

Durante los siglos XIV y XV, hay dos inventarios relativos a la iglesia de Oviedo que incluyen el llamado coto de Morcín. Ya existía por entonces el torreón Peñerudes con una gran situación geoestratégica. Este torreón se convertirá en el centro de un coto de jurisdicción laica, autónomo del eclesiástico de Morcín, vinculado a la familia Argüelles.

Con la desamortización de Felipe II, en el siglo XVI se puso en venta el coto de Morcín, la misma ciudad de Oviedo intento comprarlo en una clara política de expansión, pero fueron las propias gentes de Morcín quienes lo compraron y en 1579 es un concejo independiente con capital en la Pola de Castandiello y en el que no se incluía el coto laico de Peñerudes. Fueron los señores de este coto, la familia Argüelles, quienes aprovechando la debilidad de este nuevo Ayuntamiento se inmiscuyeron, haciendo desafíos a la legitimidad del Ayuntamiento. Finalmente la Cancillería de Valladolid falló a favor del concejo de Morcín.

En el siglo XIX, el coto de Pañerudes se incorpora al concejo de Morcín, consiguiendo el territorio que tiene en la actualidad. Es en la segunda mitad de este siglo cuando hay una gran transformación socioeconómica. Se empiezan las excavaciones mineras en las tierras entre Morcín y Riosa, en un primer momento fue estatal y su producción se destinaba a la fábrica de Trubia, pero la construcción del ferrocarril de Langreo deja a esta cuenca en una situación poco competitiva, provocando la privatización de las concesiones.

En el siglo XX, la actividad minera y el influjo de la cuenca del Caudal ya habían marcado las ideas del movimiento obrero. La revolución de Octubre de 1934 contó con la participación minera del concejo durante la guerra Civil y estuvo en la zona Republicana hasta su caída en 1937. Su capital es trasladada a Santa Eulalia en 1939, experimentando este concejo un gran desarrollo debido a la reactivación minera, se perfora el pozo principal denominado Monsacro, este será adquirido por HUNOSA, se construye la carretera nacional 630 y las extracciones se destinan a ENSIDESA, lo que trae un gran crecimiento demográfico y de desarrollo hasta los setenta en que empezaría la crisis en el sector minero que traería una reconversión de la economía local hacia actividades ganaderas o nuevas actividades reindustrializantes, como es un nuevo sector con gran auge que es el turístico.