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lunes, 13 de junio de 2011

Concejos Asturianos XXXVI












MIERES DEL CAMINO.

Cortado; primero, las armas de Bernaldo de Quirós. Segundo, de oro, la rueda dentada de azur y maza y martillo también de azur, y cruzados; unos y otros en situación de faja; y en punta, ondas de azur y plata. Al timbre Corona Real.

Reseña Histórica.

 
Mieres como concejo independiente, tiene una historia muy corta ya que se independizó del concejo de Lena en el segundo cuarto del siglo XIX, concentrando un mayor interés histórico en sus últimos dos siglos.

Su presencia humana se detecta desde tiempo prehistórico, han sido catalogados numerosos túmulos que están distribuidos por el río Ablaña y el valle del Cuna. Hay un conjunto de dos hachas de bronce que se atribuyen al bronce antiguo. Se han localizado varios castros aunque ninguno ha sido excavado y por tanto datado, algunos pueden que sean del origen prerromano y otros ya romanos, han aparecido monedas y restos de cerámica. El Castiello de Bustiello posiblemente fuera el primer núcleo de asentamiento de lo que luego seria Mieres, otros castros son los de Peña Taya, del que tenemos un molino de mano con decoración de tipo geométrico o El castiello de Saralía, el Picu Escucha, el de Muries.

La importancia romana debía de canalizarse por su situación de paso natural entre la Meseta y el centro de Asturias, estando la vía romana que uniría León con Lugo de Llanera y el centro portuario de Gijón principal enlace romano en Asturias. Sus más relevantes hallazgos han sido encontrados en la localidad de Ujo. Una de las labores más importantes desarrolladas por los asentamientos romanos, fueron las actividades mineras en la mina de Cinabrio.

En la época medieval aparecen los primeros datos, aunque algunos se consideran falsos. Aparece una donación en el 860 de Ordoño I a favor del Obispo leones que incluye una iglesia en la villa de Ujo o que el monasterio de San Vicente de Oviedo adquiere propiedades correspondientes al actual concejo de Mieres. En esta época la vía romana tuvo su continuación como ruta comercial asturiana y de camino de Santiago de Compostela, pues su variante asturiana eran los actuales términos de Ujo, y desde aquí su siguiente villa era Mieres apellidada del Camino en algunos documentos medievales. En 1189 hay una donación de Gundisalvo Petri al monasterio de San Vicente de Oviedo de la alberguería de Mieres. Esta zona era muy peligrosa con bandidos, llegando en el siglo XIV a una gran situación de peligro, teniendo que poner el concejo de Oviedo algo que llamaríamos hoy en día labor policial desde la villa de Mieres hasta cerca de Oviedo.

Durante los siglos XIII y XIV, la villa de Mieres y su entorno están incluidas en Lena, una demarcación ya existente desde hacia siglos, y que con la creación de la Puebla de Lena se integran unos territorios entre los que estaba incluido el municipio de Mieres. Aun así se van encontrando durante estos siglos una persistencia de los oficios concejiles restringidos al ámbito mierense. En esta época ya esta zona está marcada por los cotos tanto señoriales como eclesiásticos, hay uno que destaca y llegaría hasta el siglo XV como uno de los mayores de toda la zona seria el coto de la familia Bernaldo de Quirós.

A comienzos de la Edad Moderna, sólo hay un coto en el municipio de Mieres que escape del control de Lena y era el coto de Loredo, perteneciente al deán de la catedral de Oviedo. Con la desamortización de Felipe II este coto es vendido a las gentes de Loredo, ayudadas por el concejo de Lena donde se integraría. Es en el siglo XVIII, cuando se elaboró el Catastro del Marques de la Ensenada, el territorio correspondiente al municipio de Mieres, lo refleja como una zona prácticamente agraria, su infraestructura industrial es del tipo molinos y fraguas. La población de Mieres es lo único de carácter urbano. En esta época es cuando se instala su primera industria, aunque fue de un modo temporal y fue una sección de la fabrica de fusiles de Oviedo.

En el siglo XIX, la guerra de Independencia trajo el enfrentamiento con las tropas francesas en la vía de Pajares. Las guerras carlistas traen la muerte del cabecilla Baíno en Mieres en manos de la milicia liberal. Pero el verdadero acontecimiento para el concejo de Mieres en este siglo, fue su separación de Lena, constituyéndose en Ayuntamiento independiente. Ya en 1844 se instala la Mining Company con capital inglés para la explotación hullera de la comarca, estas explotaciones pasarían por diferentes manos y diferentes capitales extranjeros hasta 1879 en que se constituye la famosa Fabrica de Mieres S.A., estabilizándose la titularidad, sus hornos son los segundos del país en quemar carbón de coque, coincidiendo este desarrollo con la construcción de la vía férrea entre Lena y Gijón. Otras compañías aprovecharon el tirón y se sumaron a la explotación minera de la cuenca, así tenemos El Porvenir con minas de cinabrio, Hulleras de Turon S.A., La Sociedad Hullera Española. Otro avance fue la apertura de otra nueva vía de ferrocarril el Vasco-Asturiano.

En el siglo XX, se alcanzan las cuotas máximas de producción. Todos estos cambios trajeron otros, así su actividad agraria fue sustituida por la necesidad de suelo no sólo para las industrias, sino también para la construcción de viviendas para las familias obreras. Pero sin duda la mayor transformación fue en las ideas que ya se habían cultivado a finales del siglo pasado con las primeras huelgas.  Algo que destaca y marca fue La Huelgona de 1906 en la Fábrica de Mieres por la reducción de los salarios, se prolonga más de dos meses con una dura represión de despidos y desalojos de las viviendas y creando un conflicto de unas dimensiones desconocidas hasta el momento. En 1910 se crea el Sindicato de Obreros Mineros de Asturias, el famoso SOMA, estableciendo su comité en Mieres y sus primeros éxitos fueron contra los despidos. En 1917 hubo otra huelga que tuvo una fuerte represión. En 1918  Manuel Llaneza se convierte en alcalde del concejo, fue en estas fechas cuando el SOMA consigue una de sus más fuertes victorias, la jornada de siete horas en las minas. En las siguientes elecciones Manuel Llaneza logra un escaño en Madrid, siendo de especial relevancia su fallecimiento, ya que cuando muere en 1931, es honrado con una manifestación de más de 40.000 personas. La revolución del 34 fue crucial, columnas de gente obrera y de la mina encabezan la toma de Oviedo. Pero en las elecciones de 1936 la voluntad de Mieres fue aplastante con un 79,33% de votos para el gobierno del Frente Popular. La Guerra Civil de 1936 dejará la cuenca en la zona republicana, donde sus organizaciones obreras jugaron un gran papel cayendo en 1937 y con la caída del frente republicano en Asturias cayó el concejo de Mieres. Terminada la guerra aun continuarían algunas partidas querrilleras como las de los hermanos Morán. Tras los durísimas años de la posguerra, las décadas de los cuarenta y cincuenta supusieron una reactivación de la economía, hasta llegar a los años sesenta, años marcados por la profunda crisis, reestructurándose el sector y creando HUNOSA, a la que se integraría Minas de Figaredo en 1980. La industria siderúrgica no corre mejor suerte, a raíz de la construcción de ENSIDESA en Avilés, la Fabrica de Mieres, Duro Felguera y Santa Bárbara se unen y crean UNINSA. Un lustro más tarde se construye la planta industrial de Veriña en Gijón, que trae el desmantelamiento de la Fábrica de Mieres y el traslado de las familias obreras a Gijón. El declive económico es tal que en 1968 se declara Mieres "zona preferente de localización industrial" aunque tal cosa no constituye más que el primero de una retahíla de proyectos.