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viernes, 10 de junio de 2011

Concejos Asturianos XXXV













LLANES.


En campo de gules, un león rampante, de oro, linguado y armado de azur, y en el cantón diestro del jefe, una cruz patada, de plata; campaña de sinople.


Reseña Histórica.



La presencia humana en este territorio se remonta a la época del Paleolítico Inferior, de la que se tiene constancia de una serie de restos líticos aparecidos en La Riera y en la cueva de Balmori y restos del periodo Medio como los de la cueva de Arnero o del Superior como los hallados en las cuevas del Cueto de la Mina. Se puede decir que en el concejo de Llanes están representadas todas las etapas de nuestra prehistoria. De la época magdaleniense hay restos en las cuevas de: La Ribera, Balmori, etc. De la edad de hierro hay escasez de restos, así como de la época prerromana y romana donde no aparecen restos de castros, aunque sí han llegado otras muestras como una lápida dedicada a la diosa Manes.

En la Edad Media, estas tierras eran llamadas tierras del Aguilar y su centro administrativo estaba en el castillo de Soberrón, situado en la sierra de Cuera, donde aún afloran sus restos, La ordenación del territorio está repartida entre las instituciones religiosas, así el monasterio de San Salvador de Celorio del siglo XII y la nobleza local como don Alfonso Suárez y doña Cristilde figuran al frente de un gran patrimonio. Alfonso IX concede la carta puebla a Llanes como un modo de potenciar las defensas de estas tierras. Más tarde Alfonso X concede nuevo fuero a la villa. Todo el núcleo estaba rodeado por una muralla lo que indica su carácter defensivo. Dicha muralla, iniciada por Alfonso X, se termina en el siglo XV. Este núcleo se consolida rápidamente entre los siglos XIII y XIV, donde ya tenía entre 1.000 y 1.500 habitantes trasladándose a Llanes las funciones administrativas y militares. Alfonso XI les concede el privilegio de hacer dos ferias anuales, también este rey les concede su propio alfolí de la sal, ya que Llanes por estas fechas tenia un pujante puerto. Sus naves llaniscas llegaban a los puertos andaluces, portugueses, franceses, flamencos o ingleses. Este privilegio fue rescindido por los Reyes Católicos en 1493. En esta época en el termino concejil de Llanes su ganadería y agricultura era un pilar muy básico en su economía.

En los siglos XIII y XIV, este concejo mantendría relaciones de hermandad con León y Castilla como un modo de defensa hacia los abusos de la nobleza, ya que esta villa pasaría por distintas manos, así Enrique II la pasaría a su hijo bastardo don Alfonso, conde de Noreña. Después de varias disputas entre el conde y la corona, éste es vencido y el concejo de Llanes recupera su condición de concejo de realengo.

En el siglo XV, Juan II donó esta villa y la de Ribadesella a don Diego Fernández de Quiñónez, en compensación por la confiscación de otras villas suyas, esta familia sería expulsada de Asturias por el futuro rey Enrique IV debido a sus disputas constantes con la corona, incorporándose de nuevo al realengo con los Reyes Católicos en 1490. En estas fechas Llanes, sufrió dos grandes incendios.

En los siglos XVI y XVII, destaca la gran influencia del monasterio benedictino de Celorio y del gran florecimiento de la actividad pesquera y comercial que vivió el puerto llanisco.

En el siglo XVIII, la economía de la villa empezó un declinar, en parte debido a las continuas guerras y por la institución de la matrícula para la Real Armada que se llevaba a la gente del mar, para servir en la Armada Real.

En el siglo XIX, con la guerra de la Independencia las tropas francesas entraron en Llanes y las hostilidades comenzaron enseguida estando al mando de las tropas llaniscas don Blas de Posada. En 1809 las tropas francesas entraron en Llanes quemando su archivo y el palacio de los duque de Estrada. Llanes fue cayendo varias veces en poder francés durante este siglo, destacando la batalla del río Purón. El trienio liberal trajo que algunas parroquias se constituyeran como ayuntamiento independiente. A mediados de este siglo hay que destacar la gran emigración llanisca a Ultramar. El final de este siglo nos deja la realización de varias obras como el paseo de San Pedro, el hospital municipal, el mercado cubierto, etc.

En el siglo XX, la actividad industrial era escasa. Durante la Guerra Civil, se libraron importantes batallas en las cumbres de los montes llaniscos. Las tropas republicanas fueron derrotadas y el concejo mayoritariamente de derechas queda en manos de Franco. En la lucha antifranquista se significo Horacio Fernández, El Paisano, que vivió en la clandestinidad y con la llegada de la Democracia fue por dos legislaturas diputado nacional por Asturias.