Buscar este blog

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXV













SOTO DEL BARCO.

El escudo de Soto aparece acuartelado.
El cuarto 1º nos representa seis cuervos, de sable, colocados en dos hileras de tres cada uno, que son las armas del concejo de Pravia, al que perteneció durante un tiempo.
El cuarto 2º en campo de Plata, nos muestra un castillo de piedra sobre unas ondas fluviales, que guarda relación al castillo de San Martín y el río Nalón.
En el cuarto 3º en azur, vemos un escudo con cinco lises de oro y una espada en plata, con la punta hacia arriba. Todo ello está orlado por ocho cruces, y es la representación de las armas de la familia Ponte.
El cuarto 4º nos representa en Plata, una nave marina sobre unas ondas, y hace referencia a la representación heráldica del nombre del concejo.
Al timbre corona de Príncipe de Asturias
De la misma manera que la mayoría de los concejos del Principado de Asturias, Soto no tiene sancionado su emblema municipal, siendo las armas representadas en él, las que adoptaron los historiadores Bellmunt y Canella para la realización de su obra "Asturias", y en las que ponen, supuestamente, los elementos más característicos de cada municipio.


Reseña Histórica.

De la ocupación del territorio durante tiempos prehistóricos, no se han podido encontrar elementos que nos muestren claramente colonización de las tierras, aunque han sido hallados diversos útiles de piedra que se cree guardan relación con épocas muy antiguas.

De la época de la colonización romana sí que se pueden extraer datos concretos, hallándose en el territorio de Soto diversas monedas, cerámicas, medallas y otros restos arqueológicos. También se tiene constancia de que se construyó una fortaleza en la zona del Castillo de San Martín, lugar estratégico que servía para vigilar y defender el territorio de las incursiones por el Nalón de tropas enemigas. El castillo tal como se conoce actualmente debió ser construido o remodelado durante el reinado de Alfonso III, aunque también hay quien lo sitúa en tiempos de Alfonso I, y su finalidad era la misma que tenían de él los pueblos romanos, es decir, servía de protección contra las invasiones normandas.

Durante la edad media, el castillo de San Martín fue el principal centro del territorio hasta la fundación de la Puebla de Pravia. En el siglo XI se funda la iglesia de San Pedro de Soto donado al monasterio de San Vicente en Oviedo por el presbítero Geboldo. Otras donaciones efectuadas a entidades eclesiásticas son las siguientes: en 1180, de la Corona a favor de Menendo Menéndez, territorio comprendido en San Martín de Riberas; en 1220, varias tierras y heredades en el valle de Ranón a la Catedral de Oviedo. En 1360 y 1380, los Cotos de Ranón y de la Arena al monasterio de Cornellana, que los vendió en 1543 y en 1562 fueron vinculados por Gutierre de Miranda y Cienfuegos a favor de su hija Leonor.

El Castillo se convirtió durante esta etapa medieval en baluarte de luchas fratricidas como la de la sublevación del conde Alfonso Enriquez contra la casa Trastamara. En este periodo la fortaleza pasa a manos de la familia Quiñónes, hasta que en la época de los Reyes Católicos el corregidor Hernando de Veiga se hace con el título de alcalde de San Martín, sucediéndole en el cargo su hijo Juan de Vega. En 1565 el título pasa a manos de Bernaldo de Quirós, que lo ostenta hasta 1591. Ya en el siglo posterior el monarca nombra a Diego Miranda como administrador a perpetuidad de San Martín, teniendo la familia Mirandas el poder en los cotos de Muros, Ranón y San Martín.

El concejo de Soto perteneció hasta 1836 al municipio de Pravia, dentro del cual era el cuarto llamado de La Meruca. Eclesiásticamente pertenecía al arciprestazgo de Pravia de Aquençe. Así de este modo Soto forma ayuntamiento independiente el 29 de Diciembre de 1836, integrándose en su territorio los antiguos cotos señoriales.

Del siglo XVIII, se tiene constancia de la aparición en 1719-1720 de una peste que acabó con la vida de una cuarta parte de la población en la localidad de la Arena. Ya en tiempos más modernos, la vida económica del concejo sufre un gran despertar gracias a la actividad pesquera que tenía su epicentro en el puerto de La Arena, de la que se desprendió también un apogeo de la industria conservera. Está situación va a permanecer en continuo crecimiento hasta mitad del siglo XX en el que el sector presenta una crisis, y mucha mano de obra se dirige hacia la vecina Avilés. Hoy sin embargo la situación ha cambiado radicalmente, siendo la actividad turística y comercial la predominante en todo el concejo.