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jueves, 22 de septiembre de 2011

Concejos Asturianos LXXII












SIERO.

En el Campo de Sinople, una jarra amarilla con cinco flores de azucenas, igualmente amarillas, cimadas de una flor de lis blanca, ambas sobre esmalte de oro y, por orla, unas órdenes de veros en punta en gris y azul, jalonado de una corona principesca.

Reseña Histórica.

El territorio que actualmente ocupa Siero, estuvo habitado desde época paleolítica, como lo atestiguan diversos yacimientos prehistóricos encontrados en él. Aparece un grupo de cuatro túmulos en el Alto de la Mayá (Espinera) y otro grupo de tres en el "Cantu Negru" (Bobes). Otros yacimientos encontrados son: el conjunto lítico de Meres en Tiñana, el Yacimiento de "Regueru del Campón" en Argüelles, el yacimiento de Paredes en Lugones, y el conjunto lítico de Vallín en Limanes.

De la época comprendida entre la edad del bronce y la edad de hierro son los castros descubiertos en el concejo destacando el hallado en el Pico Castiello de La Collada que pertenece hoy al museo arqueológico de Asturias. Otros castros del concejo son los de La Canterona en Tiñana, el Cuito en Valdesoto, y la Torre y Monte Les Muries en Lugones.

La colonización romana deja distintas muestras en el municipio, como los puentes de Colloto, Bergueres, Lugones, y la Pola, el cual pasaba por el río Seco y que quedó totalmente destruido en el siglo XIX.

La primera referencia documental de Siero aparece en la edad media, aproximadamente en el año 905, en el que el monarca Alfonso III el Magno, dona a la basílica ovetense la Iglesia de Santa Maria de Tiñana, así como la de San Martín de Siero. En el año 967 se dona la iglesia de San Félix de Hevia.

Durante la edad media ,y al ser atravesado el concejo por la ruta conocida como Camino de la Costa, aparecen en el concejo varios hospitales y albergues para las personas que hacían la peregrinación, fundándose en el año 1141 un hospital en el lugar conocido como Río Seco. Otros centros hospitalarios del concejo son La Malatería de Marcenado en 1274 y la de La Paranza.

El siglo XIII va a ser un siglo muy decisivo en la historia del concejo, gracias a la implantación de una política repobladora encaminada a la concentración de la población rural, muy dispersa hasta entonces. Así en 1270 el rey Alfonso X El Sabio, concede la carta puebla “a los hombres de la tierra de Siero” fijando los límites territoriales, así como las cantidades de dinero a pagar al merino y al representante real, cantidades que no son satisfechas de manera inmediata por las gentes del concejo y que hace que el hijo del monarca Alfonso X, Sancho IV ceda el territorio a Oviedo en 1287, no volviendo a ser de sus habitantes hasta que Rodrigo Álvarez de Las Asturias consigue el señorío de Siero de manos de la reina regente María de Molina en 1310 y permite al pueblo la constitución del concejo. El establecimiento del núcleo urbano en Siero se estableció en la Alberguería de San Pedro. Con la donación de la carta puebla se donan al concejo parte de los territorios de Sariego, Noreña, Gijón, Villaviciosa, Langreo, Nava y Bimenes. El monarca Enrique II concede a las gentes de Siero un privilegio con importantes libertades en agradecimiento a su ayuda en las luchas contra Pedro I.
 
En 1504 se constituye formalmente el ayuntamiento de Siero. En 1827 se incorporan al concejo de Siero los Cotos y Jurisdicciones de Noreña que más tarde se disgregó y formo municipio independiente, Marcenado con ayuntamiento en 1744, de cuyo coto fueron dueños los Marqueses de Santa Cruz de Marcenado. También La Paranza y Arenas. Además en el territorio de Siero se incluían los cotos de Mieres de Limanes, de Valdesoto y el de Tiraña.

A principios del Siglo XIX el concejo de Siero soporta la invasión francesa. En mayo de 1808 Siero interviene en el triunfo de la causa de Asturias contra las tropas francesas ya que en Siero existían unas tropas dirigidas por el Alférez Mayor Don Ramón García Bernardo. Siero es invadida por Francia en mayo de 1809 por las tropas del general Kellerman. Una segunda invasión francesa tiene lugar en enero de 1810 al mando del general Bonet, ocupando nuevamente la capital del concejo en 1811, hasta junio de 1812 fecha en la que abandonaron Asturias.

Durante el siglo XX se produce un movimiento migratorio a América en busca de mejoras económicas, causas que consiguieron y que ayudaron al despegue industrial del concejo. En la década de los 30 tiene lugar la contienda civil española sumiéndose la población en una depresión de la que se iría recuperando poco a poco hasta hacer de Siero uno de los concejos más importantes de Asturias.