SOMIEDO.
El escudo del concejo está cuartelado. El 1º cuarto representa a una doncella con una corona de oro y que porta un distintivo en el pecho que nos muestra tres flores de lis. Esta representación guarda relación con la familia de Flórez El 2º cuarto nos muestra una banda de oro engolada en boca de dragantes, acompañado de tres armiños. Todo ello representa a otra de las familias poderosas de Somiedo, la Omaña. En el 3º vemos cinco bustos de mujeres y portando en sus manos una concha fijado sobre el pecho; Orlado con dos serpientes anudadas por las cabezas y las colas. Este cuarto tiene que ver con la familia de los Miranda, que también tuvieron su parte de poder en el territorio. En el 4º cuarto representa una banda de azur ribeteada de gules que atraviesa el cuarto diagonalmente de izquierda a derecha. De la parte superior sale un brazo en cuya mano aparece un báculo, flanqueado por dos flores de lis. En su parte inferior observamos una cruz de Santiago y una mitra. Este último cuarto representa al monasterio de Gúa. Al timbre corona del Príncipe de Asturias. Estas armas carecen de sanción legal, siendo tomadas de la representación que inventaron para el concejo los historiadores Bellmunt y Canella, en la realización de su obra "Asturias" y en el que cogieron para su realización los acontecimientos más destacados del municipio de Somiedo.
Reseña Histórica.
Los primeros vestigios históricos hallados en suelo de Somiedo se corresponden con la etapa de la edad del bronce, aunque se cree que ya en tiempos neolíticos el territorio fue colonizado. Fueron hallados varios asentamientos castreños en las proximidades de Trascastro y de la Pola, que se piensa fueron edificados por civilizaciones prerrománicas. Se ha encontrado en Gua y Coto de la Buena varios denarios ibéricos que datan del siglo I antes de Cristo.
Del paso de la romanización por el concejo quedan diversos topónimos, así como restos de calzadas y fortalezas estratégicamente situadas para su posición defensiva. Dentro de éstas tenemos el castro de Remonguila en las proximidades de La Riera, el castillo de Alba cerca de la Pola, o la fortaleza de Saliencia. Gracias al pueblo romano se mejoró y definió el antiguo trazado del paso a la meseta por el camín de La Mesa, de gran importancia posterior, tanto con la invasión musulmana como por la expansión del reino asturiano.
Durante la baja edad media cobra importancia el monasterio de Gua, perteneciente a la orden Cisterciense. Fue fundado por el rey Fernando II y su mujer Doña Urraca, que otorgaron más tarde a dicho monasterio el coto de Gua. Otras donaciones efectuadas a la iglesia Ovetense fueron el monasterio de Santa María de Lapedo, la iglesia de San Miguel de La Llera, el monasterio de Villanueva de Carzana o el de San Andrés de Cogega en Veigas.
En la media y alta edad media el concejo estuvo marcado por la gran influencia que el monasterio de Belmonte ejerció sobre él. Esta situación duró hasta que el monarca Alfonso X en su afán repoblatorio, concede la carta puebla al municipio, estableciéndose inicialmente en la Agüera de Belmonte, donde permanecería durante un tiempo hasta que se trasladó al actual emplazamiento de la Pola. En 1277 varias pueblas del occidente Astur, entre las que se encuentra Somiedo, se reúnen en La Espina y firman la carta de Hermandad que garantizará el orden en la zona. Durante el siglo XV el linaje de Quiñónez ejerció un poder sobre todas las tierras hasta que los Reyes Católicos en 1496 eliminaron todos sus privilegios para incorporar el concejo al realengo. A pesar de esto, en el siglo XVI los linajes Miranda, Flórez y Omaña ostentaron cierto poder en el concejo.
A lo largo de toda la edad media y la moderna Somiedo sufrió las disputas entre monasterios, familias, campesinado y población vaqueira por el control de la tierra, situación que acaba con la supresión en 1827 del régimen señorial, integrándose los cotos de Clavillas y Valcárcel, Gua y Caunedo y Aguino y Perlunes al territorio de Somiedo.
En la guerra de la Independencia Somiedo acogió en 1810, la retirada de las tropas defensoras asturianas que huían por culpa del avance de la armada francesa dirigida por el general Bonet. En las guerras Carlistas también se producen incursiones de tropas en el concejo. Ya en 1934 y en tiempos de la revolución el ejército se amotina durante un año en Somiedo, lugar estratégico entre los focos de Laciana y Grado. Al comenzar la Guerra Civil, el frente se estabiliza en El Puerto, hasta el día 25 de Octubre de 1.937, en que las tropas republicanas inician su retirada hacia Oviedo.
Por último, no queremos pasar el nacimiento en Somiedo de Álvaro Flórez Estrada, destacado economista y político, que fue una de las grandes figuras del movimiento de Ilustración que surgieron en Asturias.