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martes, 12 de abril de 2011

Concejos Asturianos I













ALLANDE.

"En azur, la Cruz de la victoria de oro y piedras preciosas, con las letras griegas Alfa mayúscula y Omega minúscula ambas de oro y colgadas de sus brazos. Bordura de ocho menguantes de oro, con corona real abierta".




Reseña Histórica.

La más antigua presencia humana que se detectó en su territorio, son grupos neolitizados, que han dejado su huella en la arquitectura megalítica, de la que procede la piedra dolménica de la Tumba de Castellí. Otro periodo bien representado en las tierras allandesas corresponde a la cultura castreña, y de la que sólo el Castro de San Chuis fue excavado y por lo hallado hasta ahora se data en la época romana. Debía estar en directa relación con las minas de oro situadas cercanamente, metal que fue precisamente el acicate para la ocupación romana de estos territorios. Estas explotaciones auríferas han dejado multitud de vestigios y huellas en el paisaje de Allande y una de estas huellas fue la cantidad de metros cúbicos de tierra que fueron afectados y movidos.

En líneas generales podemos agrupar las minas de esta zona en tres conjuntos: el primero, la zona del Altu´l Palu en donde se hallan las conocidas Cova de Xan Rata, Fama la Freita y el túnel de Montefurao. Otro conjunto estaría en el valle del río d´Or tributario del Navia, y el último grupo estaría entorno al castro de San Lluis. Éstas últimas explotaciones debieron empezar en el siglo I y cesar al comienzo del siglo III.

Sigue un periodo poco conocido, es posible que por su situación haya estado bajo el control del reino suevo y luego del visigodo. Las primeras referencias documentales son del siglo X, pero en su mayor parte se consideran sospechosas de falsedad, pero ya en el siglo XI, ciertas entidades eclesiásticas monásticas comenzaron a dejar sentir su influencia económica y feudalizante en esta zona. Destaca el influjo del monasterio de San Juan de Corias que contaba en 1.044 con una dotación de abundantes tierras allandesas, pero habrá otros monasterios que cada vez acapararon más tierras, destacando así, el de Santa María Celón. También el cabildo catedralicio disponía de propiedades en la comarca durante la baja Edad Media. No faltaron los conflictos por los diezmos del arciprestazgo de Allande y la iglesia de Oviedo, así tenemos un ejemplo con la iglesia de San Salvador de Oviedo entre los años 1.262 y 1.269. El Obispo Pedro otorga a los hombres del concello de Allande dependientes de la Iglesia, todo cuanto halla en su propiedad para que puedan "fazer poblu" imponiendo como fuero la cantidad de 110 maravedis al año, esta decisión debía de surtir efecto pues para 1.277 aparece Allande entre los pueblos del occidente asturiano que establece hermandad con la villa de Avilés para prestarse ayuda en el mantenimiento del orden en sus territorios. También debió influir en el desarrollo el privilegio otorgado por Alfonso IX, ya que este concejo fue paso en la peregrinación del camino de Santiago.

Durante el reinado de Fernando VI el concejo de Allande fue moneda de cambio que utilizaba la corona para pagar sus servicios a los leales, particularmente a la familia Quiñones. Contra estas concesiones protestaron los vecinos y en 1.378 un representante de Allande estuvo presente en la Junta General reunida en Oviedo para rechazar estas prerrogativas impuestas.

Del dominio de la familia Quiñones pasó a Rodrigo de la Rúa quien la compra por un millón de maravedíes. Rodrigo de la Rúa fundó mayorazgo a favor de su hijo mayor Gutiérrez González de Cienfuegos y en adelante el señorío de Allande permaneció ligado a la casa de Cienfuegos que obtendrá en el siglo XV, el título de condes de Marcel de Peñalba. Las prerrogativas fueron mantenidas hasta la reforma constitucional de 1.812

La presencia del concejo de Allande en la Junta General no fue siempre continuada y su representación fue ejercida por algún miembro de la casa Cienfuegos.

Los tiempos modernos no trajeron grandes transformaciones ya que en el siglo XVIII continuaba siendo fundamentalmente un concejo agrario. El escaso complemento industrial, estaba en los mazos de hierro hidráulicos que se utilizaban para estirar el hierro, situados en Mazo de Arriba, Mazo de Abajo, Colobredo y la Puente. Todos ellos eran propiedad de un viejo poder feudal: el conde de Peñalba, señor de Cienfuegos. Si hay algo que llama la atención de la evolución histórica moderna de Allande es la resistencia anti señorial protagonizada por sus vecinos, hay continuas quejas y recursos contra el conde, hasta que en 1.742 el concejo de Allande será castigado por su resistencia con el "perpetuo silencio". En 1.744 se dictan unas ordenanzas en las que se reconoce el señorío de la casa de Cienfuegos.

El siglo XIX traerá la guerra de la independencia que afectara al término al ser cruzado por las tropas francesas. La Constitución de Cádiz traerá la deseada autonomía concejil para Allande liberada de la interferencia señorial. Durante este siglo la actividad agraria se mantiene igual y la industria del hierro se reconvertirá en tres herrerías, que en la década de los ochenta se ven obligados a cerrar ante la competencia de las factorías industriales con los altos hornos.

Los siglos XIX y XX, están marcados por su descenso demográfico, debido a la emigración transoceánica que fue parada momentáneamente, coincidiendo con la construcción del salto de agua de Salime, aunque esta recuperación no duro mucho ya que el embalse cerraba sus tradicionales canales de comunicación y convirtió todo el Valledor, en un fondo de saco que provocó el abandono de pueblos enteros. Sus pobladores se dirigen en su emigración hacia Europa y hacía el centro industrial de la región.