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sábado, 30 de abril de 2011

Concejos Asturianos XI
















CANGAS DE NARCEA.




Partido. En el primer cuartel, en azur, Cruz de la Victoria en oro y piedras preciosas. En el segundo cuartel partido en plata, un león rampante en azur. Al timbre corona real cerrada.




Reseña Histórica.


El concejo no tiene una similitud en restos del paleolítico con los concejos vecinos que sí los tienen, así los restos tumulares que en los concejos limítrofes hay en gran abundancia, aquí apenas existen.

Los más arcaicos lugares donde se detectaron restos corresponden a la Edad de Hierro y la Época Castreña, que se halla representada con más de veinte emplazamientos de gran importancia, con abundantes restos del laboreo del oro que se pueden agrupar en tres conjuntos: en primer lugar el del valle del río Eirrondu, en segundo lugar cerca del caudal del Narcea y un tercero lugar junto al río Ibias, donde se encontraron restos de monedas y de cerámica que completa las pruebas de la presencia romana en esta zona.

Lo que sí hay es una laguna de noticias que va desde el poder romano hasta el medievo, donde empezamos a encontrar ya noticias de este territorio pero no con la configuración que tiene hoy en día el concejo de Cangas del Narcea, ya que en un primer momento sus extensiones se reducían al valle del río Luiña. Por otra parte se cree que en los siglos X y XI había en esta zona una gran cantidad de aristocracia con grandes propiedades que fundaron monasterios. Todos estos pequeños monasterios cayeron bajo el predominio del de Corias, que tuvo una gran influencia en la historia de este concejo. Fue fundado por los condes Peniolo y Aldonza, pertenecientes a la más influyente nobleza asturiana, con una gran fortuna tanto en tierras como en dinero.

En el siglo XIII, fue Alfonso X el que con su programa de repoblación, funda una puebla a la que se llama Cangas de Sierra en 1255, centralizándose aquí se la actividad administrativa y económica de esta zona.

La baja Edad Media trajo para el concejo de Cangas, el paso por diferentes manos señoriales, como un modo de traer el apoyo de éstos a la corona. Fue Alfonso XI el que dio una serie de privilegios a la gente de la zona y al monasterio de San Juan de Corias, para evitar el despoblamiento de la zona.

Los siglos XIV y XV, están marcados por diferentes tipos de luchas, hasta caer el concejo en manos de la poderosa familia Quiñones, siendo restituido más tarde a la corona por Enrique III, pero aun así hubo diferentes enfrentamiento entre los corregidores mandados por la corona y la familia Quiñones, que ahora ostentaban el condado de Luna, que acaba en un pleito que se resolvió en 1553 a favor del rey, consiguiendo Cangas su autonomía, con jurisdicción ordinaria de realengo.

La Edad Moderna, traerá grandes cambios, tanto territoriales como administrativos, destacando la desamortización de Felipe II que no logró derrumbar el poderío del monasterio de San Juan de Corias, que ya había ido perdiendo influencia y algunas tierras en los años anteriores, pero que seguía teniendo su influencia sobre un vasto territorio.

En los siglos XVI y XVII, el concejo de Cangas del Narcea pasa a formar parte de la Junta General del Principado. En este siglo, la dedicación del concejo es principalmente ganadera y agrícola.

En el siglo XVIII, hay que destacar una actividad antiseñorial por los abusos cometidos por la nobleza, mandando un memorial al rey con todas las quejas, este fue un largo proceso que continuará en la Audiencia de Oviedo y en el Consejo de Castilla, hasta lograr la abolición de todos los derechos señoriales.

El siglo XIX, trae la guerra de la Independencia y el concejo fue invadido por dos veces, con el incendio de su archivo y ayuntamiento. Pero lo más importante de esta época fue la desamortización de Mendizábal, que acabó completamente con el monasterio de San Juan de Corias, vendiéndose todo su patrimonio quedando el monasterio abandonado durante treinta años, hasta que fue de nuevo ocupado por una comunidad de dominicos. En este siglo Cangas seguía dentro de su tradicional aislamiento, ampliado por la falta del ferrocarril, aunque a pesar de todo, la villa de Cangas empezó a tener un gran crecimiento debido a otro tipo de comunicación como fueron las carreteras: Espina-Ponferrada, Cangas-Ouviñano, y Puente Nuevo.

El siglo XX, traerá en sus comienzos un cambio de nombre, la corporación de Cangas del Tineo la cambia por Cangas del Narcea, esto fue debido a que la villa es ya el centro de todo este territorio y no quiere tener una dependencia de Tineo. La guerra civil no influyó en Cangas, pero sí la posguerra, ya que en estos lugares las partidas de guerrilleros republicanos se seguirían resistiendo. A partir de los años cincuenta este concejo desarrollará su actividad minera produciendo más de la mitad de la producción regional de antracita, que en las últimas décadas de este siglo trajo un fuerte recorte en su producción, esperándose una reducción del 50% en el 2.005 por los planes de reconversión.