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miércoles, 31 de agosto de 2011

Concejos Asturianos LXIV












RIOSA.

Su escudo es cortado en dos. El primer cuartel, representa sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles, en clara referencia a su dependencia obispal durante siglos. El segundo cuartel, nos enseña unas montañas que representan la sierra del Aramo, accidente geográfico que tanto significa para el concejo. Al timbre corona real, cerrada.
En uso sin sanción legal, está copiado de la representación de Bellmunt y Canella, siendo utilizado por la corporación actual, aunque nunca se acordó su empleo.


Reseña Histórica.

Gracias a las características geomorfológicas del concejo, la vida de las gentes de la zona está marcada por dos actividades principalmente; la ganadería y la actividad minera, separada ésta en dos momentos, una en la edad del bronce y otra más cercana que nace desde mitad del siglo XIX.

De la época prehistórica son las cuevas del Aramo que constituyen el primer signo de actividad minera dentro del principado. Fueron encontradas a finales del siglo XIX al intentar extraer cobre y cobalto, siendo encontrado en su interior numerosos utensilios y esqueletos humanos que se cree tenían edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, y una altura de entre 1,61 y 1,76 metros Los utensilios hallados eran martillos de piedra y asta, cuñas, bateas, crisoles... La extracción del mineral se hacia principalmente, partiendo la roca con fuego, fundiendo el mineral posteriormente para la obtención de cobre que sería tratado después en otros lugares. Más recientemente fueron practicadas nuevas excavaciones encontrándose nuevos elementos parecidos a los primeros, y que tras un estudio exhaustivo arrojaron una antigüedad cercana a los 4000 años, lo que permitió situar dichos hallazgos entre la etapa calcolítica y la edad del bronce. Un elemento que llamó la atención, fue la aparición de los esqueletos en galerías explotadas, desechándose la hipótesis de derrumbe o accidente como causa de la muerte.

De las edificaciones castrenses hay que decir que hay inventariados actualmente dos asentamientos. Uno de ellos localizado en La Pena´el Cochéu, en Rioseco, y que se cree tenga relación con las explotaciones mineras del Aramo. Y otro en el Pico Castiello en El Collao, aunque no ha sido excavado. Cerca de este último fueron encontradas dos lápidas de época romana, aunque sólo una es conocida y estaba dedicada a una divinidad indígena.
 
Pasan varios siglos sin noticias del concejo hasta que aparecen referencias de Riosa en varias donaciones efectuadas al obispado de Oviedo. De estas donaciones aparece una del rey Ordoño I de la Iglesia de Santa María de Riosa a la iglesia en año 857, aunque fue considerado posteriormente como una falsificación de comienzos del siglo XII. No obstante, está comprobado que terrenos y lugares del concejo fueron donados en su mayor parte a la mitra Ovetense, de la cual dependió durante la edad media y parte de la moderna. El obispo era quien nombraba a los regidores, o daba el poder a algún noble o eclesiástico.

Esta situación acaba en 1579 gracias a la desamortización realizada bajo mandato de Felipe II que contaba con la autorización Papal. Las gentes de Riosa compran al monarca los terrenos por un total de199.721 maravedís, legalizándose la compra en escritura con fecha de 9 de mayo de 1588, documento aun conservado en el ayuntamiento. Hasta 1880, el ayuntamiento se reunía en la localidad de Felguera, pasando posteriormente a La Vega, capital actual del concejo.

En el siglo XIX tienen lugar la guerra de la Independencia, con escasa repercusión en la zona, y las guerras Carlistas, operando por la zona el Cabecilla Santa Clara que calcinó y arrasó el registro civil. A mediados de este siglo, una real orden concedió a la fábrica de Trubia el coto minero de Morcín y Riosa, abriéndose una mina en 1846 para la extracción del carbón para posteriormente ser llevado todo ello a Trubia. Esta explotación minera es la que hoy en día se conoce como Monsacro, en el límite de Riosa con Morcín y que desde 1969 pertenece a la empresa estatal HUNOSA.

En el siglo pasado los acontecimientos más destacados fueron la participación de las gentes de la mina de la zona en los sucesos revolucionarios de 1934, que obligaron a venir hasta Riosa al entonces ministro de la guerra Gil Robles, en unión con los generales Franco, Goded y Fanjul, para presidir las maniobras militares comandadas por el coronel Aranda. Y por supuesto la guerra civil, estando el concejo con el bando republicano hasta la caída en manos nacionales.