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miércoles, 24 de agosto de 2011

Concejos Asturianos LX












QUIRÓS.

Cortado y medio partido. En el cortado superior está representada sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles, que simboliza la dependencia que tuvo la zona de la mitra Ovetense. En el primer cuartel partido, nos representa una torre en representación del Castillo de Alba, desde donde se controlaba todo el valle. El segundo cuartel partido está compuesta por las armas del apellido que da nombre al concejo y que son dos llaves colocadas hacia arriba rodeados de seis luneles de gules colocados tres en cada flanco. También aparecen tres flores de Lis colocadas dos encima de los flancos de gules y la otra en la parte baja de las llaves.

Reseña Histórica:


Los primeros vestigios históricos descubiertos en el concejo corresponden a la época neolítica, descubriéndose importantes yacimientos en la zona que va del Alto de la Cobertoria a la Colla de Chanuces. Se encontraron dos túmulos en la Mata´L Casare, en los Fitos un anillo semicircular de piedras hincadas y un túmulo asociado. Otro túmulo fue hallado en el Prau Llagüezos y por último en La Cholla Cimera se encontró otro que contenía en su interior una estela clavada. Cabe destacar de todos estos hallazgos su buena conservación. De la edad del bronce nos viene la primera muestra de la metalurgia Asturiana con el anillo brillante de Mata´l Casare. Hay que mencionar las diferencias estructurales y la secuencia de materiales de los hallazgos que nos permite creer en una larga tradición ritual en la zona.

Cinco son los castros localizados en el concejo. El de Cochao en Nimbra, Vachicastro en Toriezo, el Castiecho en Tene, La Picona en Ricao, y San Juan en Chanuces. Pero poco se puede decir de los mismos en tanto que no fueron excavados todavía, ignorando su filiación cultural y cronológica. De los restos visigodos de la zona, tampoco podemos afirmar mucho, al escasear los mismos. Es digno de mención únicamente el conjunto de Jarro y patena encontrados en las inmediaciones de Llindes.

Numerosas son las veces que aparece el nombre de Quirós y alrededores, en donaciones efectuadas al obispado de Oviedo, como la efectuada por Ordoño I en el año 858, o la que hizo Alfonso III el Magno en el 875. Sin embargo, averiguaciones posteriores nos hacen dudar que estas sean fiables, siendo los documentos aparecidos a partir del siglo XII los que verdaderamente reflejen realidades.

De la época medieval queda en el concejo el castillo de Alba, localizado entre Cuañana y Faedo. Era considerado como el centro militar que controlaba el valle. Posteriormente fue ocupado por el conde Gonzalo Peláez en el levantamiento efectuado contra Alfonso VII. Más tarde fue centro de administración de los terrenos dominados por el obispo y que en el concejo eran potestad de la familia Quirós cuyo emblema era: " Después de Dios la casa de Quirós."

Del mismo modo que muchos concejos asturianos, Quirós formó parte de la mitra Ovetense desde tiempos de Fernando II en 1174 hasta 1579 en la que el Papa Gregorio XIII donó los terrenos al rey Felipe II como agradecimiento de la victoria de Juan de Austria en Lepanto. Pensó Felipe en subastar los terrenos, lo que ocasionó las quejas del pueblo, decidiendo el monarca vender el terreno a las gentes del lugar. De esta forma se constituye el ayuntamiento quedando fuera de su jurisdicción el coto señorial de Llindes que se unió allá por el siglo XIX. En 1587 acaba el trámite del proceso de compra con la entrega de La Real Cédula de Libertad. En 1598 se acuerda que los antiguos concejos dependientes de la mitra tuviesen representación en la Junta General del Principado teniendo voz y voto.

La guerra de la Independencia de principio del siglo XIX también tuvo repercusión en el concejo con la quema y saqueos por parte de las tropas francesas de varias casas. Las guerras Carlistas también dejan su sentir en el concejo, siendo lugar de pasada de las tropas de Sanz y de parte de las de Gómez, actuando en la zona el batallón asturiano de Flórez.
 
Sufre Quirós una acuciante frustración industrial durante todo el siglo XIX, primero con la construcción del ferrocarril de Pajares a Gijón, lo que dio al traste con la idea que se tenía para trasladar el carbón de las minas Quirosanas hasta el Puerto de San Esteban tal como estaba proyectado, utilizándose posteriormente este carbón para suministrar a la fábrica de Trubia, que cerró sus puertas en 1876, proyectándose la implantación de nuevas fábricas en Bárzana que vieron la luz en 1870 para cerrar definitivamente en 1887.