Buscar este blog

lunes, 29 de agosto de 2011

Concejos Asturianos LXIII











RIBERA DE ARRIBA.

En sinople (verde), una perla de azur (azul), perfilada de plata (blanco) y cargada en su centro de un salmón de plata. El escudo se timbra con la corona real española.

Reseña Histórica.


Dada la fertilidad y las condiciones de habitabilidad que presentaban las tierras del concejo, no es de extrañar que desde tiempos prehistóricos el concejo estuviese permanentemente poblado. De este modo fueron hallados varios vestigios históricos del paleolítico como los encontrados cerca de Sardíno, o los yacimientos de las cuevas del Requexu en Ferreros donde se encontraron materiales de la época magdaleniense, o los de la cueva de Entrecueves, donde aparecieron signos de pinturas similares a otros como los de Buxu.


Se han hallado también vestigios de asentamientos castrenses, aunque no se ha podido precisar a que época corresponden al no haber sido excavados hasta el momento. Estos Castros fueron localizados en La Corona, cerca de Picu Llanza, en El Picu Castiello, en El Picu Les Pedreres, y en El Cueto cerca de Sardín.


Las primeras noticias documentadas del concejo aparecen allá por el año 857, cuando Ordoño I cede a la obispalía de Oviedo el templo de San Pedro de Ferreros así como terrenos de Palomar, Pereda y Vegalencia. Posteriores donaciones otorgan la práctica totalidad del territorio a poder eclesiástico. Dentro de las donaciones efectuadas señalaremos la efectuada por la reina Urraca en 1112 como agradecimiento por la ayuda prestada por el Obispo Pelayo en su lucha contra su marido Alfonso el Batallador. La donación comprendía un extenso territorio que llegaba hasta un lugar llamado Sopeña cerca de Caces. Esta donación fue la base que tomó la iglesia para su potestad sobre el concejo hasta el siglo XVI, en que perdió tales derechos. Los terrenos de Ribera siempre fueron muy valorados por instituciones y la nobleza de Oviedo.
 

El poder de la mitra fue abusivo durante bastante tiempo, haciendo cobrar en 1214, bajo orden del obispo Juan un impuesto por el abuse y disfrute de la tierra de Tellego. Durante la dependencia del Obispado, éste trasladaba el poder de la zona a varios nobles y tenentes que tenían el poder administrativo del concejo. Uno de los más destacados fue Gutierre González de Quirós.


Ya en 1537, Oviedo envió una serie de diputados para el reconocimiento del territorio de la Ribera con el fin de comprárselo a la mitra para anexionarlo a su territorio. Esta operación no llegó a cuajar nunca, siendo ya en 1579, gracias a la desamortización llevada a cabo por el rey Felipe II cuando las gentes de Ribera compraron todos los terrenos del concejo, formando municipio independiente.
 

El concejo quedó organizado en cuatro zonas o divisiones de gran importancia a la hora de elegir los cargos municipales. Estas divisiones eran las siguientes: Palomar; Bueño y Ferreros; Soto; Y por último, Tellego, Fresnedo y Sardín. Cada 1 de marzo, se reunían en La Barquera a orillas del Nalón y procedían a la elección de los cargos. Los jueces eran elegidos por una sola división que correspondía por turno, directamente y con la mayoría de votos.
 

El siglo XIX trajo consigo la construcción del primer puente de piedra sobre el río Caudal, mejorando las comunicaciones entre las orillas del río, efectuadas hasta ese momento en Barca. La guerra de la Independencia contra la invasión francesa tiene como hecho más destacado el levantamiento popular contra las tropas invasoras, provocando una marcha en manifestación hasta Oviedo para pedir a la audiencia el apoyo de la insurrección. De las guerras Carlistas, el concejo fue testigo en 1836 de la derrota de las partidas gubernamentales comandadas por el general Pardiñas, a manos del batallón de Gómez, bajo órdenes del Brigadier Bóveda.
 

Ya durante el siglo XX, el primer acontecimiento importante del concejo fue desgraciadamente la guerra Civil Española, quedando Ribera en el bando republicano, hasta la derrota de este en 1937. Pasada la difícil posguerra, el concejo fue poco a poco recuperándose de tanta contienda y adaptándose a la modernidad, siendo hoy uno de los lugares mejor comunicado del Principado de Asturias.